ᴇʟ ɪɴᴛᴇʀɴᴀᴅᴏ

~ 10 ~

Luego de unas largas horas, una larga noche, Janne fue corriendo donde estaban Emily con celeste y Carolina y contarles lo sucedido.

–Y... ¿Lo hacemos? -pregunta Celeste al escuchar el plan.

–Si. -dicen todas decididas.

°°°

–Oye ... P-poleth... ¿Estaba bien? -pregunta un chico.

–Que sí, estaba bien, de hecho se sorprendío cuando me vió, al igual celeste... -dice mirando el piso.

–¡NICOLAS, DANIEL! -habló un profesor. –Dejen de hablar o los mando a inspectoría.

–Bien... -dicen ambos.

Nicolas con Daniel son amigos de hace años, de hecho desde que tienen unos 9 años se conocen.

No han peleado, no se han tratado mal, a menos que sea con humor, pero es una relación de amistad bastante fuerte.

Luego de una larga clase de inglés ambos salieron de la sala y se fueron a su habitación.

–¿Que haces? -pregunta Daniel viendo que Nicolas escribe algo.

–Una carta. -dice mirando su hoja.

–Tu y tus cartas... ¿Ella te manda? -pregunta mirándolo.

–S-si... -contesta sonrojado.

–Oww -Daniel se levanta de la cama y va donde Nicolas. –Te recuerdo que gracias a mí, ustedes están juntos.

–S-sierto... -dice sonriendo.

–Nunca me diste el chocolate, maldito. -le dice mientras le da un golpe a la cabeza.

–Perdon... Pero un día sin falta te lo doy.

–Mas te vale. -lo amenaza. –Ahora ¿Cuando se verán? -preguntó viendo como la sonrisa de su amigo se desvaneció.

–N-no sé... La otra vez intenté ir pero vi muchos guardias. -dice dejando el asunto de la carta viendo ahora ala cara de Daniel. –Tenemos que arreglar los trajes.

–Digo lo mismo, Celeste cuando me vió lo primero que hizo fue ver el traje cuando mostré mi cara. -dice Daniel sacando los trajes. –Ellas dos son muy inteligentes y astutas, ¿Sabrán lo que tratamos?

–No lo sé... Pero no quiero que Poleth este ahí, ese lugar me da miedo. -dice Nicolas. –Y siento que la directora está detrás de todo.

–¿Por qué...?

–No se, pero no me da una buena espina esa mujer...-dice sacando la libreta en donde tiene anotado todas las cosas raras.

–Tienes razón, anota todo, y luego dejala debajo la cama, ahí no podrán sacarlo... -es interrumpido por el sonido de la puerta. –Pasa. -dice Daniel y unos tres chicos entran.

–Hola. -dice un chico moreno, pequeño haciendo un gesto de saludo con la mano.

–¿Qué onda? -dice otro chico, muy blanco mientras se tiraba a la cama.

–Buenas. -dice otro chico más alto que los cinco que hay en esa habitación.

–¿T-tienen algo planeado? -habla Nicolas.

–Si. -dice el más blanco de todos. –Tengo pensado que, vayamos a una hora distinta, como a las 5:00 así sabrán lo que intentamos hacer.

–¿Y la directora? -Pregunta el más bajo.

–Le decimos que cambiamos las horas no más. -dice de nuevo el chico. –Pero iremos hoy.

°°°