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Janne...

Pensó Poleth asustada.

La profesora de educación física dejó a todas sus alumnas a una parte oculta, pero no sé dio cuenta que habían encapuchados ahí.

Valentina, Javiera y Francisca se fueron corriendo a un lugar oculto.

–Hola linduras... -dice un encapuchado.

De los que estaban ahí agarraron a todas y las amarraron, pero a la profesora que se puso a hacer fuerza la terminaron matando.

–Que estresante. -dice un tipo.

–N-no... ¿N-no nos harán daño? -pregunta una chica.

–Si nos hacen caso en todo, probablemente no. -dice mientras hace guardia.

Unas se pusieron a llorar, pero a excepción por, Celeste, Poleth, Carolina y Emily, no tenían miedo, por unas distintas y simples razones.

A los psicópatas no hay que tenerles miedo, a ellos les gusta eso.

Las voces por alguna extraña razón se les hace conocida.

Los cuchillos tenían un seguro.

¿C-carlos...?

–¡DEJEN DE LLORAR! -grito uno mientras disparaba el techo de la sala.

–Ay sabes... Llévatelas a la otra y has cualquier cosa con ellas. -refiriéndose a las que lloraban más. –La otras déjalas acá.

–Bien. -dicho eso se las llevó.

Hubo un silencio muy incomodo en donde solo estaban las cuatro amigas, ya que en sí eran pocas alumnas en educación física.

Lo único que sé escuchaba era la respiración de cada uno de los que estaban en esa habitación.

–¿Quiénes son ustedes? -pregunta Poleth.

–No querrás saberlo, niña. -dice el que estaba apoyado en la pared.

–Si no fuera así no estaría preguntando. -dice desafiante.

–¿Te puedes callar? -dice otro apuntando la con un arma.

–D-dejala... -dice Carolina sorprendiendo a las demás.

–¿Y tú quien te crees que eres? -dice mirándola fijamente.

–Yo... -baja su cabeza y juega con sus manos.

Ese gesto...

–¿Cómo te llamás? -dice el mismo con la voz gruesa.

–C-carolina... -se sonroja.

El otro dejó caer su arma y cayó al piso.

Carolina cómo pudo se quitó las cuerdas y fue donde donde el chico.

–¿Me recuerdas ahora? Ñaño... -dice tomándolo del hombro.

–Caro... -se tira a sus brazos con los ojos cristalizados. –E-estas viva... ¿C-como? T-tu mamá me dijo que en el accidente...

–Pasaron muchas cosas, te las contaría pero no puedo, soy débil, apenas puedo defenderme, apenas puedo contestar algo malo sobre mí. -dice mirando el piso.

–Oigan saben no quiero interrumpir este momento tan romántico pero nos tenemos que ir. -dice el otro quitandose la capucha y máscara.

–¿DANIEL? -gritan Celeste con Poleth.

–Si, si, lo encuentran raro pero tenemos que irnos, dile chao a tu novia y nos vamos. -se pone la máscara, abre la puerta y ve por los pasillos. –Estan vacíos apúrate.

ᴇʟ ɪɴᴛᴇʀɴᴀᴅᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora