ᴇʟ ɪɴᴛᴇʀɴᴀᴅᴏ

~ 01 ~

Ya era una nuevo día, y muchas personas ya circulaban las calles de Inglaterra, Abbey Road para ser exactos y Jane Ferrec una joven de diez y siete años, de tez blanca, pecas, cabello negro y unos mechones a sus lados que la hacen ver muy hermosa iba caminando hacia al internado femenina The Flower Pink.

Entrando al internado una joven pérdida, nueva, no sabía dónde ir.

Vio muchas con sus amigas y hablando entre ellas.

¿Cuál es mi sala? Maldita sea..

Después de un largo rato Janne encuentra a una chica con el pelo azul platinado y decide preguntarte dónde está el salón de artes.

–Emm, oye -le habló y la mira –¿Sabes cual es el salón de artes?

–Ah sí, de hecho yo voy en un rato, si quieres te sientas aquí y esperamos. -dice amablemente.

–Yo... Está bien..

Se sentó a su lado pero manteniendo una distancia, Janne no es de hacer muchas amigas, de hecho nunca tuvo una amiga.

Ella es especial. No como esos típicos adolescentes que se la pasan en el teléfono viendo fotos de chicos o hablando con ellos, ella prefiere observar como juega cada uno, analizar sus movimientos y cosas así y luego atacar.

Le gustan mucho las películas de terror, ah visto desde los seis años y nunca fue llorando a la habitación de su mamá por algún miedo.

No le teme a nada.

–¿Cómo te llamas? -pregunta la peli azúl.

–Jane, Jane Ferrec... ¿Y tú?

–Emily Handsong, pero dime Emy si quieres. -sonríe.

¿Cómo puede ser tan alegre esta niña?

–Ohh -desvió la mirada y vio el libro que tenía. –¿Que lees?

–las ventajas de ser un asesino.

–¿E-enserio? -abro mis ojos asombrada.

Quizás sea igual que yo en tal parte...

–Si -dice con una sonrisa –Me gustan este tipo de historias, no son tan “cliché”

–Te entiendo amiga -dice mostrando una leve sonrisa.

–Em, ambas somos nuevas acá, yo no soy demasiado sociable digamos y eres a la primera que hablo, qué tal si ¿somos amigas? Claro si es que quieres no te voy a obligar...

–Nah, ningún problem. -le guiña el ojo.

En eso suena la campana y ambas deciden ir a la sala de artes.

Hasta ahora todo es muy tranquilo... Ojalá no me hagan nada.

Pero lo que ambas no saben es que por otro lado pasan cosas diferentes.

–¡N-no! ¡Y-ya su-sueltenme! -decia una joven llorando.

Carolina Hernández, una joven morena, de diez y siete años, inteligente y con lentes estaba sacando las cosas de su casillero y en un momento para otro empiezan molestarla.

Ella es muy tranquila, no hace problemas ni nada, es muy conocida solo por qué la molestan por su aspecto, morena, alta y lentes redondos.

Muchos dirán que al ser un lugar lleno de mujeres es mejor, que hay más solidaridad, pero no.

Muchas eran víctimas de bullying y fue tanto que ah llegado a una expulsión pero lamentablemente fue solo para las inocentes.

–¡Y-ya! M-me d-duele~ -intentaba defenderse pero era más débil que las otras jóvenes.