I.- Cautiverio

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     *Día 3*

Anotaciones personales

     La vida científica siempre está llena de riesgos, mas el peligro al que actualmente he quedado expuesta es desmesurado; por no decir... fuera de este mundo. Una mañana cualquiera en mi trabajo en los laboratorios de alta tecnología Hybrid se convirtió en una auténtica calamidad por culpa de esos belicosos robots a los que denominan... Decepticons.

     Supongo que ser una erudita en los vastos campos de la ciencia ha sido mi mayor logro y medalla moral, pero ahora también se ha convertido en una pesada condena.

     Yo, junto a un pequeño grupo de ilustres de la compañía, fuimos secuestrados por un trío de Jets rufianes con fines terribles, pues pretendían obligarnos a trabajar para ellos en su frenética búsqueda de fuentes de energía; así como la creación de armas efectivas contra sus enemigos los Autobots.

     En un principio de verdad creí que los «robots buenos» saldrían victoriosos durante el rescate; sin embargo, algo salió mal. En un descuido y traspié ocurrido en el fuego cruzado entre ambos bandos, un Decepticon se percató de nuestra huida hacia el resguardo de los Autobots, y fui raptada por él en el último instante.

     He de destacar que la hospitalidad no es su fuerte, aunque por lo menos no me han torturado ni amenazado de muerte; sólo me esclavizaron, encerrándome por horas en una cabina hasta que necesitan de mis conocimientos, o de los planos que les diseño mientras permanezco ahí, incomunicada, abandonada en casi un exilio; pues, por sus conversaciones, me he enterado de que estoy en su base submarina. Eso explica por qué nadie ha venido a salvarme.


     *Día 7*

Anotaciones personales

     Dejarles en claro mis necesidades básicas a ese puñado de brutos metálicos ha sido toda una odisea. No obstante, me abastecen de lo que solicito para mantenerme con vida. Tal parece que el ultimo artilugio ahorrador y estabilizador de energía que les propuse funcionó de maravilla, y me han «recompensado» por él concediéndome mis «reclamos»; como ellos los llaman.

     Asimismo, me han asignado un guardián. Es muy reservado. Su visor rojizo y su mascarilla cubriéndole el rostro me recuerdan a un yelmo de caballero medieval. Ese revestimiento no deja ver sus facciones como en otros de sus camaradas, y su pausada voz robótica me dificulta aún más el tratar de descifrar alguna mueca de emoción en él. Si no fuera por sus interacciones con sus congéneres, lo catalogaría como un verdadero autómata.

     Su nombre es Soundwave, ostenta el cargo de especialista en comunicaciones, y es el espía del grupo

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     Su nombre es Soundwave, ostenta el cargo de especialista en comunicaciones, y es el espía del grupo. Es de color azul y blanco; no es muy rápido en lo que a correr se refiere, pero posee unos peculiares secuaces que le brotan de la cabina que tiene en su pecho; y ellos sí son bastante veloces y prácticos, así que no debería subestimarlo; menos si tomo en cuenta que se la pasan vigilándome gran parte del día. Tanto que apenas tengo oportunidad de escribir estas pobres líneas de lo que vivo al presente. Ojalá alguien me socorra pronto, cuando ya no les sea útil... ellos se desharán de mí.


     *Día 12*

Anotaciones personales

     Es grato disfrutar de una ducha refrescante después de muchos días enclaustrada por cuatro paredes. El estrés de trabajar contra mi voluntad y bajo una constante escolta de estos cacharros parlantes va a matarme.

     Dentro de lo que cabe, intento verle el lado positivo a ese lapso de relajación; ya que fue incómodo lavarme frente a ese mastodonte azulino. Dudo que mi cuerpo desnudo despierte lujuria en él... es una máquina; pero el que sea un ente masculino me perturba.

     Por efecto de los excelentes resultados de mis prototipos (me los exigen con urgencia, así que es poco el tiempo que dispongo para perfeccionarlos), me han dado cierta libertad de deambular por sus instalaciones. Obviamente sólo si mi guardián y su comitiva van tirando de mi correa en todo momento.

     Pese al acoso opresivo, esa diminuta autonomía que me falsean a migajas ha aumentado mis probabilidades de estudiar aquel entorno y a sus inquilinos. Quizá pueda idear la manera de escapar de aquí.

𝕰𝖈𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖆𝖇𝖆𝖑𝖑𝖊𝖗𝖔 𝖉𝖊 𝕮𝖔𝖇𝖆𝖑𝖙𝖔 ~ {𝔖𝔬𝔲𝔫𝔡𝔴𝔞𝔳𝔢  𝔊1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora