III.- Aceptación

844 97 35
                                        


     *Día 33*

...

     Una de las habituales discusiones por el poder, entre Megatron y Starscream, provocó un peligroso acceso de agua en un estrecho subnivel de la base submarina; justo en el cual yo me encontraba diagnosticando una falla en riesgo de corto circuito. Antes de lograr dar alerta del problema, perdí el conocimiento. Lo último que pensé fue: Deseé tanto morir, que mis suplicas fueron escuchadas.

 Lo último que pensé fue: Deseé tanto morir, que mis suplicas fueron escuchadas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Si esto está escrito es porque evidentemente no morí ahogada...

     Desperté en mi «cubículo privado» arrumbada en unos enormes cojines, y bajo unas sábanas mal colocadas apenas cubriéndome. Aún desorientada, me levanté; y descubrí mi ropa regada en el suelo. En ese instante caí en cuenta de que yo no traía puesta prenda alguna...

     Dispuesta, tomé mi bata de laboratorio, pero estaba empapada. Entonces me tumbé a dormir en el montón de almohadones, después de todo no poseía otros cambios de ropa, y me sentía tan acongojada que me dio pereza arroparme. Ni siquiera me pregunté el cómo sobreviví.

     Al fin, una fría sensación metálica dio un empujoncillo sobre mi espalda desnuda, y yo me sacudí de golpe. Miré y ahí estaba, arrodillado en un sólo pie picándome con su gran dedo azul, mi guardián... Soundwave.

     Atiné a decirle hola, y le sonreí (no sé por qué lo hice)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Atiné a decirle hola, y le sonreí (no sé por qué lo hice). Él, inexpresivo como siempre, se levantó y se marchó a la puerta, pero antes de irse señaló hacia un rincón de mis aposentos.

     Ahí yacían tres cajas y mi ración de comida diaria. Primero fui a curiosear el contenido de las cajas. Vaya que fue enorme mi sorpresa: una estaba repleta de ropa; otra tenía muchas cosas para entretenerme, como libros, acertijos, manualidades, revistas de paisajes, etc; y la última comprendía una vasta despensa de diferentes tipos de chocolates.

     Quedé tan perpleja que ya no supe si agradecérselo, o reclamarle por haber husmeado en mis anotaciones personales. Aunque quizá no lo haya hecho. Tengo entendido que él es capaz de leer la mente de los seres vivos, al captar los impulsos vibratorios y eléctricos del cerebro...

𝕰𝖈𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖆𝖇𝖆𝖑𝖑𝖊𝖗𝖔 𝖉𝖊 𝕮𝖔𝖇𝖆𝖑𝖙𝖔 ~ {𝔖𝔬𝔲𝔫𝔡𝔴𝔞𝔳𝔢  𝔊1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora