Mi primer Fanfic publicado.
{El hecho de que lo lean es un gusto para mí, y el que les guste, un logro}.
*Los personajes utilizados no son de mi autoría, son propiedad de HASBRO y TAKARA, etc.* A excepción de mis Oc's.
Prisionera de los Decepticon...
Ha sido una semana agotadora, mi trabajo aquí es cansado y duro. Sorprendentemente, sigo viva... y lo enfatizo; ya que la paciencia del jefe de los Decepticons, Megatron, es limitada. En nuestras negociaciones se ha mantenido fiel en los acuerdos a los que hemos podido llegar, aunque admito que es muy persuasivo, y sí, mandón.
En lo positivo, es curioso; pero pareciera que conforme pasan los días, estos colosos de acero se han familiarizando más con mi presencia entre sus filas.
Si bien no me conceden un respeto concreto, toleran que me pasee por su base; e incluso los Jets secuestradores me han dado un poco de charla fuera de mi forzado labor para su bando. Skywarp es demasiado inmaduro y bromista, mas le doy unos puntos a su favor por ser el único que ha logrado hacerme reír. Thundercracker es muy despectivo hacia mí debido a que no soy capaz de volar; pero, en contradicción, cuando nadie nos ve, es el que me ha manifestado más simpatía. Por parte de Starscream (un ególatra empedernido), le he notado cierto interés por mi potencial científico. Me queda claro que es movido por su propio beneficio, y su insistencia a buscar un «momento a solas» conmigo puso en alerta a mi guardián; quien me ha hecho hincapié en que una traición a su líder (he apreciado que él le es muy leal), sería mi perdición.
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De cualquier forma no confió en ese avión bocón. Sospecho que por ahora no es conveniente ejecutar ningún escape.
*Día 24*
Anotaciones personales
Mis reconocimientos por la base Decepticon me han dejado una cosa en claro. A menos que desarrolle branquias, estoy apresada y sin salida. La única forma de emerger a la superficie de manera segura y con oxigeno en mis pulmones es por una especie de elevador que ellos utilizan cada vez que se marchan a reabastecerse de energía o a pelear contra los Autobots; y dudo mucho que Soundwave sea tan amable de permitirme usarlo.
Como su espía y encargado de comunicaciones, Soundwave es de crucial importancia en las misiones operativas de los Decepticons; así que entre más activos estén, su asfixiante vigilia sobre mí disminuye. Sin embargo, eso no es impedimento para que continúen al pendiente de mis movimientos, pues los Constructicons (son mis «compañeros» laborales), son seis (Scrapper, Long Haul, Mixmaster, Scavenger, Hook y Bonecrusher), y se turnan para ver lo que hago o dejo de hacer, sobre todo si hay que completar un novedoso proyecto exigido por Megatron.
Esa sextina suele ser gruñona (tuve que memorizar sus nombres porque se ofendieron de sobremanera cuando los llamé por el vehículo en que se transforman), pero algo sí les aplaudo, su trabajo en equipo. Su velocidad y eficiencia son increíbles.
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Por otro lado, estos días una atroz idea ha rondado mi cabeza frente a la nula aparición de los Autobots. Me han abandonado a mi suerte. Quizá es lógico, a fin de cuentas soy una simple humana reemplazable, que si no fuera por su aporte tecnológico para cualquiera de los enfrentados mecánicos, no tendría ningún valor especial para ellos.
*Día 30*
Anotaciones personales
Un mes y contando... empiezo a padecer de ansiedad por el encierro. Extraño la calidez de los rayos del sol y el pálido brillo de la luna llena; gozar del aroma de las flores y el sabor del chocolate. Ya comprendo lo que sienten los presos en las cárceles. Lo malo es que yo no he cometido ningún crimen.
Mi deterioro anímico va cobrándome factura. ¿Seguiré esperando a que me salven, o yo misma acabaré con mi propia vida?... He ahí el dilema...
