Siempre seras tu (Rin Okumura)

▪️Capítulo 5▪️

•||Narra Liana||•

Ya han pasado dos meses desde que acepte está misión y aunque odio admitirlo Shura tenía razón, no fue tan malo haberlo hecho.
En este tiempo eh entablado una especie de amistad con los alumnos de exorcistas, bueno con casi todos, Bon y Izumo son con los que más afinidad tengo, el resto es normal aunque ese chica Shiemi sigue pareciendome muy irritante, siempre está feliz y eso me irrita nadie puede ser feliz todo el tiempo.

En cuanto a los hermanos Okumura, con Yukio no eh hablado mucho últimamente lo están mandando a realizar misiones, solo lo veo a veces en las clases cuando me toca vigilar a Rin o en la cena, verlo tan ocupado me recuerda cuando yo salía hacer misiones así y  debo aceptar que lo extraño, si bien ya no están desagradable estar aquí a mí vida le falta adrenalina.
Bueno y en cuanto a Rin, después de la discusión que tuvimos el ah cambiado mucho, a los entrenamientos llega a tiempo, se volvió más responsable a decir verdad.
Recuerdo que cuando el primer día era terrible con la espada, demasiado impulsivo no pensaba, ahora en cambio ah mejorado mucho sus movimientos son más precisos y parece razonar sus ataques, aunque le falta mucho para ganarme va por buen camino.
En lo personal nos llevamos mejor, no discutimos como al principio, nos hemos conocido más. Luego de terminar un entrenamiento, me atreví a preguntar porque el hijo de Satán quería ser exorcista y me contó todo lo que pasó en su vida para tomar esa decisión.

*Flashback*

-Ya tomemos un descanso -dijo Rin mientras se tiraba al suelo.

-Dejemos por hoy, lo haz hecho bien -respondi mientras iba por unas botellas de agua para luego darle una a el.- Aquí tienes

-Gracias- agrego cansado cuando tomaba la botella.

-Oye Rin...- llame su atención cuando me sentaba en el suelo junto a él, llevo mucho tiempo queriendo preguntarle algo y ahora que logramos llevarnos bien no lo desperdiciare.

-ah? Que sucede? - me miró confuso

-Hay algo que quería preguntarte - comencé a decir sin mirarlo - Porque tomaste la decisión de ser exorcista?

-bueno... - lo mire de reojo y tenía su vista fija al frente, parecía que recordaba algo. Se quedo unos segundos así y cuando creí que no obtendría respuesta él agrego - hasta hace poco ni creía que los demonios existieran sabes, veía el trabajo de exorcistas como unos especies de consejeros o algo así. Al menos hasta ese día... -hizo una pausa, me sentí mal de cierto modo debió ser un tema difícil para el - ... Hace varios meses ya yo no sabía nada de todo esto ni siquiera que era el hijo de Satán, un día fui a una entrevista de trabajo, bueno pasaron muchas cosas en esa entrevista pero eso no creo que te interese. Bien después de salir a hacer una llamada vi a una niña correr su bufanda, al principio creí que era el viento pero cuando la tomé vi un especie de duende tomarla de la punta, cuando logré verlo comenzó a correr y yo lo seguí hicimos un gran desastre sabes - dijo lo último tratando de ponerle gracia al relato - Al otro día cuando me levante ya podía verlos a todos, veía muchos demonios al rededor, un demonios que no recuerdo el nombre se apodero del cuerpo de un chico con el que había peleado, se comportaba de forma extraña, intento quemarme con un fierro caliente mientras los otros cómplices de el me sostenían, crei que era mí fin pero no sé cómo logré soltar las llamas azules, esa fue la primera vez que lo hice. No tenía idea de lo que había pasado pero apareció mí papá Shiro y me saco de ahí me explico todo. Dijo que debía irme porque ahora que los demonios sabían quien era me harían a buscar. Cuando estaba por irme discutí con el diciendo palabras de las cuales me arrepentiré siempre sabes... Yo cause que Satán se apropiada del cuerpo de mí padre. -se notaba el dolor y tristeza en sus palabras así que apoye mí mano en su hombro, no imaginaba que había pasado por todo eso y parecía que aún no terminaba.