XV

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Estaba acurrucada en su cama, sollozando. Volver a ver a Bastien, le traía tantos recuerdos de ellos juntos, de lo feliz que era a su lado.

Y también, lo amarga que se volvió su vida desde que lo hicieron desaparecer. Y era imposible no pensar en su bebé, los pocos meses que lo pudo sentir en ella, y lo mucho que amó a su hijo.

Jamás pudo verlo, ni saber que había tenido. Nadie le había dicho nada, y en el registro habían puesto que la habían sometido a otro tipo de operación.

Esas dos semanas con sus padres habían sido sumamente traumantes. Debió tomar pastillas para evitar la lactancia, era llorar todo el día necesitando a su bebé, imaginando como hubiera sido tenerlo con ella.

Era lidiar con los constante malos tratos de su madre, ya que su padre jamás volvió a hablarle, y fingir frente al resto de su familia que todo estaba "bien".

Cómo era costumbre, para la fecha de su cumpleaños solían venir familiares a visitarlos, y aquel año no había sido la excepción.

Y aunque hubiera conseguido un nuevo empleo, y se sintiera cómoda en ese lugar, incluso ahora pudiera alquiler más que una habitación, Candice no era feliz.

No podía serlo.

***

"—¿Qué comes de rico? —sonrió, sin dejar de abrazarlo."

"—¡Feliz ocho meses, mi amor! —le dijo emocionada, saltando sobre él para besarlo."

"—Te amo."

"—Hm, creo que ahora el durazno también será mi fruta favorita."

"—Sólo faltan meses, amor. Cuando me vaya de aquí, te llevaré conmigo."

"—Bastien." "Bastien."

"—Bastien."

Se despertó alarmado, sentándose en la cama, sudado, agitado. ¿Qué había sido aquello? ¿Por qué la había soñado? ¿Por qué... Eran sueños tan cortos?

—Bastien —repitió bajo, pasándose una mano por el rostro.

Sí, ese había dicho la muchacha que era su nombre, y él la escuchaba a ella llamándolo. Se acostó nuevamente, y cerró los ojos por un momento. Tal vez, si recuperaría algunos recuerdos si estaba con ella.

¿Pero realmente quería recordar ahora?

***

—Es un bebé precioso —sonrió enternecida, tomando al pequeño rubio en brazos.

—Su nombre es Luke, es un encanto.

—¿Cuánto tiempo tiene? Nosotros estábamos buscando a un bebé más pequeño, pero él es realmente lindo.

—Tiene un año y cuatro meses, es un bebé muy alegre, sociable, le encanta estar rodeado de personas. Y como ya lo habrá notado, Luke es un bebé bestia.

—Lo sé —sonrió viendo sus orejitas, mientras el bebé intentaba quitar las piedritas que ella tenía en su camiseta—. Creo que hablaré con mi esposo.

—Antes me gustaría decirle que Luke necesita ciertos cuidados especiales. Él nació prematuro, y sus pulmones aún no estaban completamente desarrollados. Suele enfermarse con facilidad, infecciones respiratorias y demás. Quiero que sepa que si ustedes deciden adoptarlo, él tiene todo un proceso de tratamientos con los que debe continuar.

—De acuerdo, lo hablaré con mi marido de todos modos —sonrió tomando una de las manitos del bebé, observando sus hermosos ojitos azules.

***

La joven castaña estaba limpiando una de las mesas del bar, cuando un muchacho se paró junto a ella. Al levantar la cabeza, grande fue su sorpresa al verlo a él.

—Bastien, digo, Givon —se corrigió rápidamente—. Hola, que lindo verte aquí, que recordaras donde trabajo.

—Tú dime Bastien, es así como me conoces.

—Sí, pero no sé si eso sea conveniente para ti, si te moleste o no.

—Bastien está bien —le dijo sentándose, tomando la carta.

Candice lo observó confundida ¿Qué estaba buscando? Su actitud no era la misma que la de del día anterior, él se mostraba algo tosco.

—Quiero un batido de banana, y un sándwich tostado de jamón y queso, jugo se naranjas, tostadas y mantequilla.

—De acuerdo —sonrió, anotando su pedido—. En seguida te lo traigo.

—Gracias.

La jovencita dejó la comanda en la cocina, y continuó acomodando, después de todo, ella estaba en su horario laboral.

Minutos después, cuando el pedido del muchacho estuvo listo, le llevó todo a la mesa, sonriendo mientras le servía.

—Ahora comes jamón, eso es genial. Mientras vivimos juntos, no comías carne.

—¿No? ¿Por qué?

—Te daban pena los animales, no fue fácil para ti trabajar en el campo.

—Hablando de eso —le dijo serio, tomando una servilleta—. ¿Conoces del asentamiento central de bestias?

—Sí, escuché de él.

—¿Y nunca los contactaste?

—No, porque-

—Preferías mantenerte encerrado en un establo, que me trataran como nada, como un esclavo —la interrumpió.

Candice lo observó desconcertada, negando con la cabeza.

—No conocía el asentamiento, recién éste año me enteré de él, por una amiga. Y cuando te conocí, sólo tenía quince años, Bastien, ni siquiera-

—La edad no te importó mucho para acostarte conmigo.

Los ojos de la jovencita se aguaron al escuchar aquello.

—¿A-Acaso crees que y-yo también me aproveché de ti?

—¿No es lo qué todos los humanos hacen? Quizás tú seas igual a tu padre, y sólo me estuviste buscando para cubrir lo que él no logró hacer, matarme.

Negó con la cabeza, sin poder evitar que las lágrimas mojaron su rostro.

—Se nota que n-no recuerdas nada. No tienes idea de lo que sufrí por ti.

—Si tanto me amabas, me hubieras liberado, Candice.

La jovencita se secó las lágrimas del rostro, inútilmente, y terminó de servir todo en la mesa, antes de murmurar un "que lo disfrute", y escabullirse al baño del personal.

Entendía que él no recordara nada, que se sintiera molesto por todo, pero no era justo que la tratara de ese modo, no después de todo lo que había sufrido.

***

—Hola Clau ¿Cómo estás? Sabes, hoy una señora vino a conocer a los niños, con la esperanza de adoptar un niño con su esposo, quién en estos momentos está de viaje. Te envío éste audio ahora, porque al parecer Luke podría ser adoptado —pronunció con una sonrisa—. Creo que extrañaremos mucho a nuestro gatito rubio consentido, pero esa es nuestra misión, conseguirles un hogar lleno de amor, una familia que los ame y proteja.

Envió el audio, y luego observó al bebé que estaba sentado en una colchoneta, jugando con unos autos de peluches.

Sí, Luke tendría una familia pronto.

...

BastienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora