Epílogo (parte 1)

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Con una buena administración, tal vez ni falta les hacía trabajar, por el dinero de la familia de Candice. Pero la jovencita lo había invertido en un negocio, donde pudieran trabajar ambos, sin descuidar al bebé.

Sin contar con que pudieran ella retomar sus estudios también.

Luke tenía en ese momento ya tres años, y estaba hecho un pequeño terrible. Hablaba, no muy claro, pero sabía como hacerse entender con sus padres.

Y aunque Candice y Bastien tenían una buena relación, eran amigos... Amigos que vivían juntos, en la misma casa, pero diferentes habitaciones.

Un año y medio desde que se habían vuelto a ver, desde que vivían con su hijo, y su relación no había avanzado. Y no por Bastien, sino por Candice.

La joven castaña se restregó el rostro,  mientras arrastraba sus pies hacia el baño. Aquella mañana tenía varios trámites por realizar, y debía empezar temprano.

Al abrir la puerta del baño, ignoró por completo al azabache que salía de la ducha, completamente desnudo. Se sentó en el inodoro, y bostezó.

—¿Y Luke sigue durmiendo?

—Sí —murmuró, sin mirarlo.

Bastien la observó, y luego se envolvió una toalla en la cintura, para después tomar otra y secar su cabello.

—Puedes tomar un baño si quieres, aún es temprano.

—Sí, lo haré cuando salgas —susurró con sueño, sin levantarse.

Se miró en el espejo, mientras se cepillaba los dientes, y luego se giró, para mirarla a ella.

—Candy, llevamos... Más de un año viviendo juntos.

—Sí —le dijo levantando la cabeza, para verlo también.

—¿Y qué se supone que somos?

—Los papás de Luke.

—¿Sólo eso?

—Bastien ¿Por qué quieres hablar de esto ahora? Recién me despierto.

—¿Por qué cuándo vamos a hacerlo? Llevamos una vida bastante acelerada. Tú comenzarás el año próximo la universidad, y... Y no sé, Candy —le dijo frustrado, sentándose en el suelo, frente a ella, aún con la toalla—. Sé que jamás seré el mismo hombre que conociste, que aunque haya recordado ciertas cosas, no voy a ser el mismo, pero podríamos intentarlo.

—¿Podríamos hablarlo luego? Ahora sólo-

La tomó del rostro, y la besó. Ya no quería seguir de ese modo, como dos buenos amigos no más. Él tenía sentimientos por ella, y más la recordaba, y más fuerte eran.

Candice correspondió a su beso, pero lo separó suavemente de ella, negando con la cabeza.

—No.

—¿No? ¿No qué? Candy, tú me gustas, me gustas demasiado. Estoy... Estoy enamorado de ti ¿De acuerdo? Te amo, me enamoré de ti en este tiempo que llevamos juntos, y más me enamoro al recordar lo que tuvimos. Sé que nuestro hijo es producto de nuestro amor, que tú también me amabas del mismo modo. Y te juro que me duele vivir en la misma casa, y tener que dormir en camas separadas. Dímelo ¿Qué debo hacer para que vuelvas a quererme?

Ella lo miró a los ojos, tan afligida como él, y negó con la cabeza.

—N-No lo sé, Bastien. Te amé y mucho, pero ya no siento lo mismo —murmuró bajando la mirada.

Él respiró profundo, y se puso de pie, con una angustia enorme en su pecho.

—Está bien.

—L-Lo siento.

BastienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora