XXII

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—¡Tenemos a alguien aquí! —pronunció un oficial.

Corrieron una pesada puerta de metal, y vieron que se trataba de uno de los suyos. Ese debía ser Bastien, tenía las características que le habían dado.

Un oficial se acercó a él, y le tocó el cuello, buscando el pulso, observando que estaba sangrando desde su hombro, donde había una herida de bala.

—Está vivo, pero su pulso es bajo. Rápido, que traigan el equipo médico ahora.

Un muchacho tomó un comunicador, y pidió una ambulancia. Después de casi un día de búsqueda, finalmente lo habían encontrado. Estaba en un viejo almacén abandonado.

***

Cómo le gustaba darle el biberón, que Luke la tomara de uno de sus dedos, la observara con sus grandes ojos azules, y luego le sonriera, ronroneado.

—Si se siente bien tener la pancita caliente ¿Verdad? —le dijo en un tono dulce, rozando suavemente la punta de su nariz con la de él—. Te amo tanto, bebito.

El pequeño rubio cerró los ojos, sin dejar de ronronear y soltar el dedo de ella, y lentamente fue cediendo al sueño. Había sido un día muy largo el anterior, huyendo la mayor parte del mismo, pero finalmente podían descansar tranquilos.

Cuando el niño se terminó su leche, la joven lo apoyó contra su pecho, masajeando suavemente la espalda de Luke. En ese momento, un oficial entró a la habitación, sosteniendo su celular contra su oreja.

—Candice, han encontrado a Bastien —le dijo con una leve sonrisa.

—¿Cómo está él? ¿Dónde está?

—Lo está atendiendo un equipo médico, está herido.

—¿Herido? ¿Está grave? Quiero verlo, por favor.

—Todo estará bien, cuando tenga más información te aviso —le dijo saliendo de la habitación.

¿Y con eso pretendía que ella se quedara tranquila? Ahora estaba igual de preocupada, sin saber si Bastien estaba en peligro o no.

***

—Tiene unos tres disparos, dos con herida de salida, pero hay una bala alojada en su hombro —pronunció mirando la radiografía—. Tenemos que sacarla cuanto antes, o se producirá una gran infección.

—¿Y lo que resta de su salud? ¿Cómo se encuentra? —le preguntó el oficial a la médica.

—Estable, no hay órganos comprometidos —explicó mientras le colocaba anestesia.

—¿Ha despertado en algún momento? Su novia quiere saberlo.

—¿Novia? —preguntó curiosa.

—Sí, es la mamá de su hijo, tienen un bebé.

—Hm... Cierto, ya lo recuerdo, la humana.

—Dices humana, cuando tú también eres una.

Suspiró, y buscó unas pinzas pequeñas.

—Simplemente me parece un muchacho atractivo para una humana. Cómo todos ustedes.

***

Luke se despertó antes que su mamá, gateando por la cama. El bebé ya sabía pararse solo, y podía dar algunos pasos tomándose de la pared.

Fue hasta los pies de la cama, y después volvió hasta la cabecera, observando a Candice. Miró sus aros de bolita blanca, y llevó sus deditos hacia ellos.

BastienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora