LA SOMBRA

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-Por favor ya deja de golpearme.

-Cállate bastardo.

-Por favor, ya suelteme 

-Cállate. Solo tú  tienes la culpa de que golpee, ¿Por qué no trajiste la cuota, niño?, ¿Por estar jugando de nuevo con esos niños  del parque?
¿Cuando vas a entender que eres un niño de la calle?

Los golpes no cesan, cada uno duele más que el anterior.

- Te juro que  te traeré lo doble, así tenga  que robar, pero ya no me  pegues - suplico.

Agustín me suelta, limpiadose mi sangre de su mano en  mi pobres y viejas ropas -. Te advierto que si no lo cumples, será el último día de tu vida -. Da media vuelta y abandona la habitación donde dormimos todos los niños a los que llaman "Los adandonados"

Agustín  se molestó porque no puede reunir la cuota diaria, "ja, como si de ese dinero me tocará algo" pienso.
Me levanto y camino arrastrando un pie. De tanto golpe que me ha dado creo que no volveré  a caminar decentemente . Salgo de la casa y camino hasta mi lugar de trabajo, y me quedo parado en el semáforo debajo del puente que hay en la colonia, pero para mi desgracia hoy casi no han   pasando personas.
Tendré que robar para poder juntar todo el dinero. No me gusta hacerlo,
Porque  casi siempre que veo que lo hace Agustín se lo hace a gente pobre, por eso cuando yo lo hago simpre intento que sea a alguien  con mucho dinero, así no  sentirán perder sus pertenencias

Me escondo detrás de unos pequeños matorrales, esperando a mi víctima. Los  minutos pasan  y veo venir a un hombre de traje, alto, se ve muy elegante. Al caminar  frente a mi, salgo de mi escondite y lo sigo esperando el momento de atacar. Él hombre se para para cruzar y aprovecho para realizar mis movimientos, me acerco, introduzco rápido mi mano en su bolsillo trasero, saco su cartera y corro lo más rápido posible.
El hombre al ver mi acto, me observa y persigue. Corre tan rápido que me alcanza en menos de 10 segundos.
"Demonios"pienso.

--¡Niño!- grita  al tomar mi muñeca -. Intento safarme  de su agarre, elevo  un pie con toda la intención de golpearlo, pero él  lee mis movimientos y de alguna forma me gira y me detiene --. Casi, casi logras robarme niño, no me di cuenta de tu presencia  te mueves como una sombra.

--Sueltame.

--Tranquilo lo haré -- dice mientras va liberadome. --Dame la cartera --. Estira su brazo esperando que le entregue lo que le robe.

--Tenga.

--Me imagino que robas para comer, ¿verdad?

--No, fíjese que no hago por juego.

El hombre suelta una carcajada y abre su cartera viendo el interior.

-- Está completo, no me dio tiempo de ver cuanto tenía dentro.

LUCIFER #BSAndTAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora