-KYRA-
Kyra iba caminando hacia el instituto, junto con su mejor amiga Charlotte.
Charlotte Evans era una chica alta, con el pelo rubio y los ojos azules. Cada vez que pasaba junto a un grupo de chicos, éstos se la quedaban mirando y silbaban. Hasta Kyra tenía dificultades para superarla.
Habían intentado ir a recoger a Jay a su casa, pero él se había negado una y otra vez. Nunca quería llevar a sus amigos allí, cuando hacían trabajos en grupo, siempre se las arreglaba para ir a casa del otro... ¿por qué sería? Kyra no había llegado a preguntárselo todavía, a pesar del tiempo que llevaban juntos.
-¿Cómo te ha ido el verano, guapa?- preguntó Charlotte mientras se detenían.
-Muy bien, la verdad. Mi padre me ha llevado a Londres, luego a San Francisco y la última quincena de Agosto la hemos pasado en Puerto Rico. Tendrías que ver el Golden Gate... es una pasada.
Charlotte comenzó a hacerse la trenza, motivo por el cual se habían parado. Por ser el primer día, empezaban a la una, así que tenían tiempo de sobra.
-Yo he ido a...
-¡Corre, Rin!
Ante ellas pasó una chica un año menor que ellas, con el pelo rubio a la altura de los hombros y cara de preocupación.
-¿A dónde va esa? Qué pardilla, queda media hora para que empiecen las clases.
Kyra ladeó la cabeza. La presentación de cuarto empezaba a las doce y media, pero se lo calló. No quería que Charlotte creyese que defendía a alguien tan... pringado, sí. Esa era la palabra.
-RIN-
-¡Corre, Rin!- se animó mientras se precipitaba calle abajo, en dirección al instituto.
Pasó junto a unas chicas que le parecieron muy guapas: una rubia que se estaba haciendo una trenza y una morena de despampanante pelo rizado. No alcanzó a oír el comentario que hizo una de ellas, así que su impresión sobre las chicas permaneció positiva.
Torció a la derecha, cruzó la carretera sin esperar a que el semáforo se pusiese en verde y entró en el instituto.
Dejó el patio atrás y preguntó cuál era su clase en Conserjería. En la segunda planta.
Subió las escaleras trotando y llegó a su clase.
Aula 113.
Trece.
Qué número tan curioso... ¿significaría algo? Apartó esos pensamientos de la cabeza. Aquel año iba a ser maravilloso, seguro.
Llevó la mano hasta el pomo dorado y lo giró con suavidad.
Un suave chasquido fue el comienzo de todo.
ESTÁS LEYENDO
Rin, Len y el Club de los Frikis
Teen Fiction"Hola a todos, me llamo Len Kagamine" Estas fueron sus primeras palabras en el Instituto de Educación Secundaria de Sky Town. Lo que no sabía era que a partir de ahí su vida cambiaría por completo. Haría nuevos amigos y nuevas enemistades, se meterí...