Capítulo 22

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-JAY-

Jay observó el aguacero que caía al otro lado del cristal, ajeno a las terribles situaciones en las que se encontraban algunos chicos y chicas de su misma edad.

Veía caer las gotas de agua desde las nubes negras hasta que morían al chocar contra la carretera. El cielo estaba llorando, como él.

Pensaba en Kyra, como tantas veces había hecho en aquellos días. La había cagado de una manera impresionante. No la recuperaría jamás.

Por si fuera poco, ahora había perdido a sus amigos, si es que en algún momento se les pudo llamar así. Dereck había sido un imbécil desde el principio y Ricardo no le había apoyado cuando más le necesitaba. ¿Estaba solo?

Contemplando el cielo nocturno cubierto de nubes negras descubrió, con tristeza, que era verdad.

-NELLY-

Nelly salió del enorme baño envuelta en un suave y grueso albornoz rosa claro y con una toalla enrollada alrededor de la cabeza. Al abrir la puerta, una nube de vapor salió al pasillo y se extinguió al entrar en contacto con el frío de éste.

Kyra la acompañó a una de las habitaciones de invitados y le dejó un pijama mullido y calentito de color azul con una margarita en la barriga. Era de esos de una sola pieza con una cremallera en la espalda.

La anfitriona salió de la habitación para que se cambiase y, tras unos minutos, volvió a entrar.

-¿Estás mejor? Tenías que estar helada...

-S... sí, muchas gracias- contestó Nelly tímidamente.

Kyra se sentó en la cama junto a ella.

-¿Qué te ocurría?

Nelly vaciló unos instantes. No conocía a esa chica de nada, aunque estaba en su casa. ¿Sería de fiar? La observó fijamente y descubrió con alegría que le inspiraba confianza, así que se dispuso a contarlo todo. Carraspeó antes de empezar:

-Yo... verás... Siempre he tenido una relación muy difícil con mis padres. Mi padre me regañaba y gritaba continuamente desde chiquitita. Al principio, mi madre intentaba defenderme, hasta que él...- Nelly luchó porque las lágrimas se quedasen en sus ojos-. Él le clavó un cuchillo en la pierna. Acabó en el hospital, con casi quince puntos. Mi madre quiso denunciarle, pero él le amenazó con raptarme y hacerme mucho daño, así que se quedó con mi padre para al menos poder estar conmigo.

>A pesar de eso, la relación con mi madre se fue volviendo cada vez más fría, hasta el punto de que es casi como una extraña. No podía entablar una conversación conmigo de más de cinco minutos sin que mi padre nos interrumpiese, y con el tiempo dejó de intentarlo, así que nunca llegó a entenderme ni a conocerme...

Rin, Len y el Club de los FrikisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora