Rin, Len y el Club de los Frikis

Capítulo 6

-RIN-

Ese chico... ¡eran dos gotas de agua!

Dio un paso hacia atrás y ladeó la cabeza. Volvió a dar un paso hacia delante y movió la cabeza hacia el otro lado.

-¿Nos conocemos?

-No... que yo sepa.

-¿Son hermanos?- comenzó a susurrar Annie.

-No parecen conocerse...- respondió Clara.

-Pues son idénticos- intervino un chico.

-Rin, siéntate por favor- le pidió la profesora, señalando la silla.

-Cl... claro- contestó ella, algo sonrojada y todavía en shock.

Los cuchicheos y susurros fueron desapareciendo poco a poco para agrado de Rin. No quería ser el centro de atención el primer día de clase. Y por la cara de su... ¿clon?, él tampoco quería.

-LEN-

La reacción de Rin había sido peor que equivocada. Ya lo había conseguido, serían el tema de conversación durante el resto de la semana. Cuando se sentó junto a él, Len no pudo reprimir un comentario mordaz:

-¿Sabes lo que es disimular? ¿O es que eres de esas que quiere ser el foco de atención?

Le parecía increíble que se pareciesen, pero también le irritaba. Ya estaba viendo venir todas las bromas... y seguro que más de uno le llamaba Rin.

-Perdona. Yo no se tú, pero yo no me encuentro a un gemelo perdido todos los días- contestó Rin a la defensiva.

Len resopló y se cruzó de brazos.

Con cuidado para que la profesora no se diese cuenta, conectó de nuevo los auriculares y se colocó uno de ellos en el oído derecho. Se percató de que Rin le observaba con curiosidad.

-¿Qué quieres ahora?- susurró Len.

Rin se puso roja al darse cuenta de que Len la había pillado mirándole fijamente.

-Pu... pues... ¿q... qué música estás escuchando?

Len se encogió de hombros. No pensaba compartir esa información con ella.

Clave de Fa era la canción de su vida. Llevaba desde que tenía memoria componiéndola con la guitarra y no iba a contarle eso al primero que viese.

-Oh, venga ya. Creo que hemos empezado con mal pie- se disculpó Rin, si es que a eso se le podía llamar disculpa-. ¿Podemos empezar otra vez?

Len se volvió a encoger de hombros.

-¡Len Kagamine! Si tanto te gusta hablar, sé el primero en presentarte.

De acuerdo, ahora sí que no podían ser más el centro de atención. Lentamente y algo nervioso, Len se levantó, quitándose disimuladamente el auricular y metiéndolo dentro de la sudadera. Se aproximó a la parte delantera de la clase y se situó junto a la profesora Celia.

Tomó aire suavemente.

-Hola a todos, me llamo Len Kagamine.