-RIN-
¿Con Len? ¿Enserio?
Celia siempre le había caído bien, pero ahora mismo la odiaba.
No existía chico más desagradable y borde en el Universo universal, y mira que es grande. Llevaba un mes sentada a su lado y todavía alucinaba con lo antisocial que podía llegar a ser. No hablaba con nadie, a excepción de Nelly y a veces con la propia Rin.
-¿No se pueden cambiar las parejas?- preguntó Rin en el acto.
Celia le lanzó una mirada reprobatoria y Len bufó, sacando un segundo el lápiz de su boca.
-Las preguntas al final- respondió la profesora al fin, con el ceño fruncido en señal de desaprobación-. Bien, como estaba diciendo, tendréis que hacer un trabajo por parejas. Digamos que no es... un trabajo normal.
¿Eso era bueno o malo? Rin clavó su mirada en Len, que dibujaba en su cuaderno de forma distraída.
Tuvo que admitir que era bastante guapo. Y lo reservado que era lo hacía más interesante... En el fondo de su corazón, ansiaba conocerle. Le atraía, aunque no sabía en qué sentido.
-¿A qué se refiere?- intervino Annie, levantando la mano.
-Que levantes la mano no te da derecho ha hablar, Annie- contestó Celia-. Y ya he dicho que las preguntas al final.
Hizo una pausa, se pellizcó el puente de la nariz y finalmente continuó:
-El trabajo es muy simple: pasar una tarde en casa de uno de los dos. Vuestros padres deberán firmar este papel...- comenzó a repartir una hoja para cada uno-. Para garantizar que lo habéis cumplido.
-Es un poco estúpido, ¿no?- preguntó Edward con una sonrisa nerviosa.
-Si te parece estúpido el trabajo, te parece estúpida mi clase. Así que, por favor, te invito a que la abandones- replicó la profesora señalando la puerta, con cara de pocos amigos.
-Ya me callo...
-De acuerdo. La próxima vez no sería sólo una invitación.
Terminó de repartir todos los folios y carraspeó antes de continuar.
-Espero que os lo paséis muy bien.
-Será divertido...- oyó Rin decir a Len.
-No seas malo- sonrió ella, dándole un suave puñetazo en el hombro.
Len le guiñó un ojo pícaramente. Ese simple gesto bastó para que Rin cambiase completamente su opinión sobre él.
-LEN-
-¿A casa de Rin? Vaya trabajo más extraño...- murmuró su madre mientras firmaba el papel-. ¡Y qué temprano! Son sólo las tres y media, ¿sabías? Qué deprisa has comido, Len.
El chico se encogió de hombros.
-Me dijo que estuviese allí pronto- contestó al final.
-Anda, venga, ve. ¡Buena suerte!
-RIN-
Esperaba nerviosa la llegada de Len. Su madre ya había firmado el papel y todavía estaba alucinando por lo rápido que había almorzado.
-¿Y qué vais a hacer?- inquirió.
-Creo que ha llegado la hora de pintar mi habitación... por eso a la salida he comprado algunas cosas- contestó Rin, señalando unos botes de pintura con los que se había hecho nada más abandonar el instituto.
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Rin, Len y el Club de los Frikis
Teen Fiction"Hola a todos, me llamo Len Kagamine" Estas fueron sus primeras palabras en el Instituto de Educación Secundaria de Sky Town. Lo que no sabía era que a partir de ahí su vida cambiaría por completo. Haría nuevos amigos y nuevas enemistades, se meterí...