Capítulo 8: Cambiando el pasado.

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Un rugido del alba me observaba desde mi escondite detrás de los arbustos. La dinámica de su flecha cambió para atentar contra Gowther. Su disfraz de niño friki de los libros engañaba a sus camaradas, mis compañeros, pero no a mí. Tomé acción, ya había vivido la misma escena tres veces, no iba a quedarme quieta esperando a que la pelea termine. Al colocarme delante del gigante Dave, mi capitán me ordenó volver. Tanto Ban como King me gritaban eufóricos que no podría pelear siendo una simple humana.

- ¿Y quién demonios les ha dicho que lo soy? -.

Entre la humedad y el suelo blando, nacieron mis bebés, mi ataque más adorable. "Adoraderas" Enredaderas demasiado tiernas como para ser inofensivas. Su particularidad era la fuerza con la que apresaban a sus víctimas. La misma superaba los 1.000 Newton.
Todos y cada uno de los rugidos del alba eran mis presas, y pensaba acabarlos, ninguno de ellos podría siquiera tocar a mi chico.

- Solo queremos al gigante, no nos interesan por el momento - El enmascarado, futuro fan de Merlín, habló.

El joven de cabello verde se encargó de eso. La flecha jamás había impactado, y por ende no había revelado su identidad hasta ese momento. Disfruté cada segundo que su cabello se fue tintando de rosa, amaba ese look.

- No me creo que este mocoso sea Gowther - Proporcionó una opinión que a nadie le importaba, el gran zorro.

- Si sabes que nos interesa una mierda, ¿verdad? - Me burlé.

Mientras los atacantes se retiraban con la cabeza trofeo, Ban me persiguió alrededor de 10 minutos, no logró alcanzarme.

- La verdadera batalla está por comenzar - Avisó el precioso sujeto.

- ¿De qué hablas, Gowther? - Cuestionó mi querido capitán.

Esas fueron las últimas palabras que escuché, seguidas del golpe en seco de mi cuerpo contra el suelo.
Mi cabeza estaba en blanco, tan solo podía ver una sombra muy oscura al final del camino.

- (Nombre), has vuelto cuando todo se fue a cuesta abajo. Cuando conociste a ese hombre. Ahora tu camino es conseguir un futuro diferente -.

- No entiendo por qué debería, lo último que recuerdo son las tropas absurdas de mi madre delante la casa en ruinas -.

- Después de capturarte, comenzó su tiranía. Se convirtió en una villana de cuentos, despiadada con todo aquel que tuviese la valentía de nacer mestizo - La voz parecía nerviosa - Cambia el maldito futuro, has las cosas diferentes, debes evitar el genocidio de Britania y la muerte de tu tan amado muñeco -.

Poco a poco, los escenarios se fueron contraponiendo uno sobre otro. El campo de batalla y la habitación blanca.

- Recuerda mantenerte en silencio, nadie puede saber de dónde vienes ni qué sucederá -.

Cuando regresé por completo a la pelea, ésta ya había terminado. King me había concebido el honor de usar a Chastiefol como colchón.
A unos pasos hacia el sur, estaba él, observando con detenimiento lo que quedaba de Dave. Me acerqué con cuidado.

- Hay una cosa que quiero preguntarte - Volteó la mirada en mi dirección - ¿Tú quién eres? -.

Me llenaba de emoción repetir aquel primer momento en el que hablamos.

- (Nombre). Gowther, pecado de la cabra, es un honor conocerte -.

- ¿Honor? Supongo que debo decir lo mismo -.

- Creo que debes hacer aquello que supones, en vez de simplemente decirlo -.

Entre ambos sólo habían algunos centímetros, los suficientes como para sentir la respiración del otro. Debía controlar mis impulsos de besarle. Ante mis palabras, pensó un poco el qué decir.

- En ese caso, es un honor conocerte, (Nombre) -.

Sus ojos, tan bellos como el cristal más brillante. Ese hombre era capaz de derretir hasta el más frío témpano de hielo con sólo una mirada. Esa misma que había clavado en mi rostro. Tal felicidad que sentía, es imposible ponerla en palabras, quizá comparable a ese sentimiento al que llamamos sublime. Tan bello, precioso, y aún así capaz de lastimarte. Ese era Gowther, quien me había robado el corazón.
En esos momentos, debía mantenerme callada, la sombra lo había dicho. Sin embargo, sólo quería estar junto a él, darle todo el cariño que estaba guardando. Pero me confirme con simplemente tomar su mano y caminar hacia la taberna.

- Disculpa, según tus rasgos faciales, aspecto físico y tono de voz, derivo que eres menor en edad humana que yo -.

- Podría ser - Sonreí - ¿Cuál es el problema en ese caso? -.

- Ahora mismo, tu actitud hacia mí es similar a la que tienen las personas con los niños pequeños -.

No pude evitar la risa, me resultaba tan adorable su forma de razonar. Aún así, no solté su mano en ningún momento, o al menos hasta llegar a la taberna.

La chica Doble-Vida 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora