Capítulo 36: Un bar que no está nada mal

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A penas llevábamos unos treinta minutos en el bar. Con un ambiente cálido de cantina de pueblo. Similar a la que había a la vuelta de la casa vieja de mi difunta madre. King ya había bebido demasiado, sus acciones se volvían erráticas al igual que sus palabras. Llegando al punto de hablar de temas sensibles sin ningún tipo de filtro. Problemático para el número de ppersonas que se encontraban allí. 

- AwwwWwwWW... (Nombre) - Balbuseaba -  tEEE kqieRRooOo TaaNaAtOOO , ErRRrmaniTAAaaaa -.

Constantemente se lanzaba a abrazarme con intentos fallidos. Debía apartarlo con cuidado para que no cayera por su propio peso.

- King ya estás demasiado borracho -.

-  UStteDESSSss NoO tOmmMMMaN - Seguía - MiiIIi cerRVbezzzZZZa nOo ESsS llOO suUFiIsiinETee BuneA PRARRA uSTeddddDes ????? -.

Gowther sonrió ante su pregunta.

- Como ya he explicado anteriormente, soy un muñeco, no puedo beber alcohol - Reiteró - Más importante aún, si a estas alturas alcanzas tu máximo potencial alcohólico, no creo que puedas aguantar la fiesta que está a punto de empezar -.

Acto seguido, el rey de las hadas se destransformó, permitiéndonos la vista de su verdadero ser, y sus verdaderas intenciones.

- Yo... solamente quería romper un poco el hielo con ustedes... -.

- ¿Por eso bebiste tanto, pedazo de tonto? - Interrumpí - Como si no pudieras hablar simplemente con tus camaradas -.

- Es que... yo te dije que no eras una de nosotros. Te juzgué mal y desconfié de ti cuando siempre estuviste peleando a nuestro lado... Diane me contó la razón por loa que huías tanto... ¿Fue mi culpa también? -.

- Deja de torturarte, ¿si?. Entendí tu enojo, lo acepté y punto. Estabas completamente justificado para mí, rey hada lloro... -.

- Después de una hora, la probabilidad de que recuerda esta conversación es de al menos 5% - Intervino lujuria.

- Gowther, déjame hablar... Estoy enfadado contigo por lo que le hiciste, la quebraste... Pero yo soy la misma basura... -.

Inmediatamente, después expulsar todo aquello que llevaba guardándose por tanto tiempo, cayó rendido sobre la mesa.
Suspiré colocando el rostro sobre mis manos. Tenía los codos apoyados a unos poco centímetros de King. Me mantuve observando como dormía por los efectos del alcohol durante aproximadamente cinco minutos.

- Señorita (Nombre), ¿se encuentra usted bien? -.

- Si, por supuesto. Gracias por preguntar, Escanor - Dirigí la mirada en su dirección - Estoy analizando la situación un poco, eso es todo. Ciertamente me extraña su comportamiento, lo sé, soy una humana y nunca confió en mí. Entonces, ¿por qué se preocupaba tanto? -.

- Él te aprecia, admira la relación afectiva que compartes con tu hermano y la voluntad inquebrantable con la que peleas -.

Como era costumbre, la cabra desvelaba los pensamientos privados de los demás. Era un descarado en ese sentido, por lo que orgullo optó por intentar relajarlo en medio de su conversación. Las palabras "Gowther, me caes bien" parecían ser suficientes para que su alma descansara en paz por el momento. Y es así que volvímos todos a la taberna con el rey hada entre brazos.
El camino era corto, pero el peso muerto agregaba dificultad, en especial teniendo a tres debiluchos con brazos de fideo. Cada cinco minutos debíamos parar a reacomodarnos para que no volviera a desplomarse por el suelo. Entre esos descansos en los que nadie decía nada, mi propia mente hacía de la suyas, se adelantaba a las situaciones pasadas/futuras. Lo que seguía era el despertar de la maldición de Elizabeth. Si era sincera conmigo misma, no había nada que pudiera hacer, salvo pelear junto a los pecados una vez hubiera despertado. Me faltaba un punto importante de la historia, después de que llegase el mentor de Meliodas a llevárselo. Su oscuridad me había afectado de al forma la primera vez que incluso intenté acabar con mi vida. Debía prepararme para ello, para la batalla con Mael también. La primera vez no era ni la mitad de fuerte que en la segunda vuelta, y aún así era poco. ¿Cuánto más viviría si me volvía más poderosa?

- Cuando piensas mucho, frunces el ceño con fuerza - Comenzó Gowther.

- ¿Si? Dime qué más cosas observas de mí -.

- Mientras hablas informalmente sonríes de lado, al igual que cuando cantas. Tus ojos brillan cuando hablas de plantas. Usas un hechizo en particular para molestar a tu hermano cuando te hace enfadar, que no lo utilizas para pelear. Balbuseas en sueños y no puedes conciliar el sueño si no abrazas una almohada. Tienes un tic que, si sientes que alguien te está viendo, truenas tus dedos - Mencionaba sin ver a nadie - Vives angustiada por algo que solo tú sabes, no quieres compartirlo con nadie, esa es la razón por la que, al conocerme, me prohibirste utilizar mi poder mágico en tu mente -.

- ¿No crees que si estás tan pendiente de mí, comenzaré a gustarte? - Consulté entre risas.

- ¿Podrías desarrollar tu pregunta? -.

- Si notas todas esas cosas es porque estás viéndome constantemente. Mientras más conoces a las personas, puedes amarlas, odiarlas, quererlas, o simplemente que te den igual. Entonces, lo que sugiero es que podrías comenzar a interesarte en mí si continúas observando tan meticulosamente. Con la misma regla de tres, podías odiarme o podía darte igual - Expliqué.

- Sin embargo, el resultado favorable para tí sería el primero... -.

- Tal vez, si es que logras enamorarme tú a mí - Interrumpí.

- ¿Tus sentimientos cambiaron? -.

-  Esa es información es confidencial, tendrás que averiguarla por ti mismo, querido camarada -.

Sin más, con el gesto de guiñar un ojo, la conversación quedó allí. Si bien nada había cambiado en tema relación, si que me interesaba ser conquistada por la cabra de la lujuria de los pecados capitales. La semilla  del misterio estaba plantada, él debía encargarse que la planta floreciera.

La chica Doble-Vida 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora