Capítulo 32: ¿Gowther?

256 28 34
                                    

Se sentía extrañamente familiar el ambiente de masacre a sangre fría. Aquella gran guerra de la que todo el mundo había escuchado una vez, "La Primera Guerra Santa". Incluso el olor a óxido tan típico de la sangre no me desagradaba del todo.

- ¿Dónde estamos? ¿Pero qué demonios pasó? - Comenzó a unos pasos el hada.

- ¿King? - Pregunté sin levantarme aún.

- ¿Diane? - Pensó unos segundos - No, espera... esa voz. ¿(Nombre), eres tú? -

Estaba ciertamente desconcertada por sus palabras. ¿A caso no parecía yo? Me acerqué a un pequeño cuerpo de agua que tenía a un lado. El reflejo de mi presencia no era ni lo más remotamente parecido a mí. O por lo menos a la percepción que tenía de mi figura y pasado. Era una pequeña ratita blanca con ojos rojos. Tan indefensa y diminuta que a penas proyectaba sombra.

- ¿Qué carajo le pasó a mi cuerpo? - Grité asustada.

Seguidamente, un alarido sufrido por el cambio tan radical a su persona, llamó nuestra atención. Diane, la serpiente de la envidia, ocupaba los zapatos del fundador de la raza gigante, Drole. Nos acercamos enseguida, King volando y yo entre sus manos, para evitar riesgos.

- Yo, definitivamente, no acepté esto - Quejaba asustada - ¿Qué le pasó a mi cuerpo? -.

- Tú dime, soy una rata - Contesté desde la seguridad de estar en manos de alguien.

- ¿Qué fue lo que nos pasó, chicos? - Cuestionó la gigante - Si nuestros amigos nos vieran, se llevarían una imagen extraña de nosotros -.

- Diane, no lo has entendido - Contesté - Estamos en la primera guerra santa, tres mil años atrás de nuestro tiempo. Esta es su prueba de entrenamiento -.

Ambos estaban tan sorprendidos por mi explicación, pero el tiempo no perdonaba a nadie. Con la rapidez de una flecha llegó nuestro capitán, con su aura oscura del hijo del rey demonio. Y los sucesos de la guerra transcurrieron inmediatos y seguidos uno tras otro. La alianza con los humanos, la pelea de los cuatro arcángeles contra los Díez Mandamientos, la ayuda hacia Derieri y Monspeet. Tan veloz que resultaba inaudito. Y, por alguna razón, mi tan extraño cuerpo se sentía cada vez más nostálgico.

- Tengo un mal presentimiento - Gritó King sosteniendome fuerte.

Su vuelo se adentró en el bosque, a toda marcha. Casi sentía que yo era la que volaba por el viento que se generaba. Detrás de nosotros, la gigante intentaba seguirnos el paso.

- Quizá nos estamos equivocando, ¿saben? - Inició el rey hada - Ellos, el el futuro, serán nuestros enemigos. Y ahora los estamos defendiendo... -.

- Tienes razón, King. Pero no creo que las personas tengan algo como "ser bueno o malo de nacimiento", cada uno debe tener sus motivos para pelear contra los otros - Respondió Diane.

- No lo sé, chicos. Tengo las patas temblando, siento que algo pasará muy pronto - Agregué.

Mi presentimiento no estaba tan errado, tan pronto como lo dije, una melena rosa increíblemente conocida apareció asustando a King. De la impresión me soltó y caí varios pasos delante del nuevo partícipe. Sus manos me levantaron con cuidado y delicadeza. No podía creer lo que veía.

- Impresionante, una rata albina de los druidas esquimales - Comentó acercándose cada vez más - Ya veo porque la eligió como animal de compañía, su nivel de magia está por encima de los treinta mil -.

Su rostro y cuerpo eran idénticos a Gowther, pero esa voz no. Jamás, en ninguna de las veces que había vivido, lo había escuchado así. Una voz tan grave y profunda no correspondía con el timbre dulce y apagado que solía tener.

- Encantado de conocerlos, Rey de las Hadas, Gloxinia y Drole, Rey de la raza Gigante. Se todo sobre ustedes, incluso cosas que desconocen de sí mismos - Agregó en un tono de voz macabro - ¿Cómo estuvo? Soné como un verdadero villano malvado, verdad? -.

- ¿(Nombre), ese es Gowther? - Cuestionó la gigante.

Desde la perspectiva que me daba entre sus manos, era muy difícil ver a través de sus ojos. Pero definitivamente no eran los mismos. Sus manos no poseían esa fría y suave sensación.

- No... este no es Gowther - Contestó King.

- "Este no es Gowther" - Ripitió - ¿A qué te refieres? -.

- No puedo decirlo con certeza, pero no pareces el Gowther que conocemos - Se dirigió hacia mí - (Nombre)... ¿qué piensas? -.

Moviendo un poco la cola me hice notar.

- Desde aquí no puedo ver nada -.

Tras mi comentario, la plataforma conformada por sus dedos se elevó un poco, permitiéndome ver en detalle su rostro. Extrañamente poseía rasgos expresivos y de sorpresa.

- ¿(Nombre), la jefa druida? - Consultó con intriga - Eso explica la transformación, no puedes pisar estas tierras. Vamos, destrasfórmate, nadie te verá aquí -.

Y, sin previo aviso, fui dejando poco a poco el cascarón de ser una rata. En efecto, el falso Gowther tenía razón, tenía una forma humana. No podía verme a mí misma, así que me giré hacia mis camaradas. Por sus reacciones, todo estaba claro.

- (Nombre), ponte el cabello blanco en el futuro, por favor. Estás demasiado bonita -.

Diane no dejaba de ser un amor, incluso con la apariencia de un gigante de cuatro brazos.

- ¿El futuro? - Intervino el del cabello rosa.

- Exactamente, venimos de tres mil años en el futuro - Aclaró el rey hada.

- Fascinante, debo informarle sobre esto -.

De pronto, cortando con filo la situación, el ruido del desastre comenzó a resonar con mucho más auge. La masacre entre razas culminaría en la extinción si nadie la frenaba. Y es por ello que, sin necesitar palabras, los tres corrimos en dirección a la pelea. Pero, una flecha interrumpiría sin cuidado la misión. Al girarnos, ese hombre nos observaba con una sonrisa entre labios.

- No interfieras, Gowther -.

- Hasta que la puerta se abra, no los dejaré acercarse. Perdónenme -.

Los malos presentimientos de King aumentaban, desembocando en nerviosismo y paranoia.

- Debemos tener cuidado, su magia es muy poderosa - Suspiró - No hay que olvidar que Gowther manipuló las memorias de (Nombre) -.

Desconcierto. ¿Cómo se había enterado el rey hada?

- ¿QUÉ? - Gritó Diane acercándose peligrosamente al falso muñeco - ¿Por qué le hiciste eso, si ella es tu amada? -.

Ella estaba dispuesta a atacar, pero King, quien había desvelado la información sin considerar las consecuencias, la detuvo.

- Tranquila, Diane. No ha sido este Gowther, sino el de tres mil años en el  futuro -.

- Bien hecho, King - Quejé - Ahora me dejas como la "tonta utilizada" otra vez -.

De pronto, detrás de su melena rosa, se lograba ver un fondo distinto al bosque del rey hada. Demasiado luminoso, pero con una tenue oscuridad en el centro. Entre ella, apareció un hombre rubio y en silla de ruedas, diciendo las mismas palabras que pronunciaba Gowther.

- Bye Bye -.

La chica Doble-Vida 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora