Capítulo 22

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Me dirigí al instituto intentando pasar desapercibida pero me resultó muy complicado. Todo el mundo me miraba y murmuraba a mis espaldas. Empecé a tener miedo. Pensé que Dylan estaría igual de asustado que yo. Entré de las primeras en clase respirando hondo. La profesora me miró pero no pronunció ni una sola palabra. Sabía que si decía algo sería el centro de atención de todos. Me senté en la última fila y abrí un libro para taparme la cara.

Las chicas entraron riéndose, hablando entre ellas hasta que se dieron cuenta de mi presencia. Noté un golpe en mi mesa.

-¿Qué coño estás haciendo tú aquí? -Miré a la profesora. No dijo nada, solo se limitó a mirar. Ni miré a la chica ni la contesté.- ¡Te estoy hablando! -Tenía que hacerlo, tenía que preguntarle.

-¿Vuestro amigo está bien? -Dije bajito.

-¿Bien? ¡Tuvo suerte de estar vivo! ¡Sois unos monstruos! ¡Quiero que te vayas de aquí ahora mismo! -Seguí sin decir nada, callada y mirando a mi libro.- ¡Que te largues! -Volcó la mesa y me levanté de golpe. La profesora se acercó rápidamente.

-Ya está bien, vosotras dos al despacho de la directora. ¡Ya!

-Pero... -Intentó decir ella.

-He dicho ya. -Miré a la profesora, cogí mi mochila y me fui delante de ella. Cuando estuve frente a la puerta de la directora la chica me dio un empujón y entró ella antes.

-Señora directora, nos ha mandado aquí la profesora. -La directora me miró y la volvió a mirar a ella.

-Está bien. Luna por favor espera fuera.- Me senté en el banco que había frente a la puerta. No aguantaba más. Sabía que iba a pasar algo así pero es que simplemente no tenía fuerzas para soportar esto. A los pocos minutos ella salió y me volvió a empujar.- Luna, pasa. -Entré y me senté en la silla.- Sinceramente... esto es bastante complicado. Creo que lo mejor será cambiarte de clase. Tendrías que ir con los de refuerzo.

-¿Cómo dice? Es ella la que me ha tirado la mesa.

-Mira, Luna... Aquí los rumores corren muy rápido y sé que tú tuviste algo que ver con el ingreso de uno de mis alumnos. ¿Qué harías tú en mi lugar si una alumna ha participado en una paliza que casi le cuesta la vida a otro alumno? No te había notificado nada todavía porque sé que el sigue en reposo y que no va a volver durante este mes a clase pero creo que lo mejor será cambiarte.

-¿Acaso me ha preguntado a mí qué ocurrió ese día? No me parece nada justo que tenga que ir a un nivel inferior por contentar a unos alumnos suyos.

-¿Acaso niegas que tu pareja le diera una paliza a ese chico?

-No, no lo niego pero...

-¿Ves? Es suficiente, Luna.

-¡No me escucha! ¡Le dio la paliza porque estaban intentando hacerme daño!

-Basta ya. A partir de mañana irás a clase con los de refuerzo. Notificaré a tus padres esta misma tarde.

-No puede hacerme esto. -Dije intentando no llorar. Estaba superada.

-Sí, sí que puedo. Lo que hizo tu pareja es despreciable pero tú lo permitiste, te fuiste y ni siquiera le ayudaste. No puedo consentir que estés en clase causando más problemas. Por no hablar de tus faltas de asistencia... Da gracias porque no te haga repetir curso ahora mismo. Vamos, te acompañaré y empezarás hoy mismo. -Fui tras ella. En la clase había solamente seis alumnos. Era un aula muchísimo más pequeña que la que yo tenía. Me presentó al tutor pero ni siquiera presté atención. Me senté al fondo y me sumergí en mis cosas.

No quería ni pensar en la que me iba a caer en casa cuando la directora llamara. Mis padres no sabían nada de la pelea y muchísimo menos de que estaba viendo a Dylan. Se iban a enterar de todo y no sabía cómo explicárselo. Me iban a separar de él y no podía permitirlo.

Morir por él, matar por ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora