T/N trabajando como niñera en sus días libres nunca se imaginó encontrar al amor de su vida en el trabajo y mucho menos que sea el chico de su colegio.
• 2 temporadas
𝑶𝒃𝒓𝒂 #2
Primer día de vacaciones de verano y nos encontrábamos tirados en la cama exhaustos después de varias rondas, su pecho subía y bajaba con ligeras gotas deslizándose por su morena piel y podía sentir su corazón agitado debido a que estaba abrazado a mi. Se suponía que iríamos al supermercado pero terminamos en la cama no sé cómo.
Tae: Noona... -me llamó aún agitado-
T/N: ¿Si? -suspiré tratando de regular mi respiración-
Tae: -me miró- ¿Por qué siempre tenemos que usar ese plástico? se siente mejor sin el -hizo un puchero-
T/N: Porque tenemos que evitar ser padres ahora... sólo tenemos veinte años -acaricié los húmedos mechones de su nuca-
Hizo un monosílabo entendiendo, después del susto que nos llevamos el mes pasado no volveríamos a repetir lo mismo y aún más que en mi visita al ginecólogo me confirmó que no había bebé alguno.
T/N: -tomé su mentón para mirarlo- Te prometo que pronto lo haremos como tú quieras -asintió y sonreí- Te amo mucho, bebé -confesé-
Tae: Yo más -besó sonoramente mis labios-
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Nos duchamos por separado y bajamos después de habernos cambiado de ropa. Tomé las llaves de mi auto y salimos.
Llegamos al supermercado y Taehyung me fue ayudando con las compras.
T/N: Espérame aquí, iré a traer algo y vuelvo -asintió sonriéndome en grande-
Fui toallas higiénicas ya que en pocos días me tocaba, después de haber tomado lo necesario fui de nuevo donde Tae pero no estaba.
Tn: -dejé las cosas en el carrito- ¿Bebé? -volteé a todos lados- ¿Taehyung? -llamé en voz alta-
Avancé mientras lo buscaba, pasaron varios minutos y no lo encontraba, estaba a punto de ir con los de seguridad pero al verlo a lo lejos caminando hacia mí con sus manos en la espalda y sonriendo ampliamente me hizo sentir un peso de encima.
Tae: Noona, cierra los ojos -seguía sonriendo y fruncí el ceño confundida- Por favor~ -ladeó su cabeza haciendo aegyo-
T/N: Está bien, está bien -cerré mis ojos-
Tae: Extiende las manos... -obedecí-
No logré escuchar algo que delatara que era la sorpresa, pero al sentir algo ligero sobre mis manos traté de adivinar.
Tae: Ahora abre los ojos -sonó feliz-
Era un pequeño ramo de cinco rosas, una sonrisa se dibujo inevitablemente en mi rostro, juraría que mis ojos brillaban.
