Despertar

247 26 1
                                    

Tony despertó algo desorientado y sin saber en dónde estaba, se dio media vuelta y se dio cuenta en el lugar en el que estaba, después de todo sí se había quedado a dormir junto al hechicero, estiró la mano hacia el lugar en donde debería de estar, esperando que lo pudiera abrazar y darle un poco de cariño, pero al llegar se encontró con el resto de la cama vacía, lo que le entristeció completamente y soltó un suspiro profundo.

- Ya has despertado – se escuchó la voz alegre de Stephen desde el suelo de la habitación, justo delante de Tony, estaba sentado en el piso con las piernas cruzadas y con un libro en las manos – desperté hace unas horas, tú estabas durmiendo demasiado tranquilo así que preferí no molestarte

- Me hubiera gustado que estuvieras a mi lado – su expresión fue de tristeza

- Creí que sería buena idea pasar el tiempo que estarías durmiendo leyendo un libro

- Libro que probablemente has leído miles de veces

- Para no olvidar nada – Stephen sonrió y negó con la cabeza divertido, se puso de pie y caminó hasta la cama – ahora que ya estás despierto creo que puedo darte cariños

- Justo lo que necesito

Tony lo recibe con los brazos abiertos y Stephen se acomoda entre ellos, primero le besa tiernamente la frente y le sonríe, le alegra que Tony hubiera despertado de buen humor, ya que después de todo lo que había pasado el día anterior, un poco de tranquilidad nunca está de más, le correspondió el abrazo con fuerza y lo besó de forma delicada en los labios, Tony cerró los ojos y apoyó la cabeza en el pecho de Stephen mientras éste le acariciaba el pelo, necesitaba de esos mimos y Stephen no se los negaría, de alguna forma u otra todo lo que pasó también le afectaba a él, y también estaba alterado por eso, necesitaba relajarse un poco en los brazos de su amado.

Permanecieron varios minutos en la cama abrazados sin decir nada, hasta que Tony escondió su rostro en el pecho de Stephen y esté pudo sentir como las lágrimas comenzaron a empapar su polera y la respiración de Tony se comenzaba a agitar.

- Amor, ¿en qué estás pensando? – intentó de calmarlo un poco acariciando su espalda, cosa que no logró ya que el llanto de Tony se hacía cada vez más y más intenso, Stephen solo pudo abrazarlo con fuerza y besar su cabeza – todo va a estar bien, te lo prometo, no importa lo que pase todo va a estar bien, y yo siempre voy a estar para ti – Tony finalmente alejó el rostro del pecho de Stephen y lo miró con el rostro lleno de lágrimas y con la tristeza reflejada en sus ojos

- No te quiero perder, Stephen, no quiero tener que elegir – Stephen lo besó y le secó las lágrimas con el borde de la manga de su polera

- No me vas a perder, lo prometo

- ¿Y qué tal si al final elijo a mi bebé? – lo abrazó con más fuerzas – te perdería, y tampoco quiero perder a mi bebé, Stephen, no sé que hacer

- Por ahora hay una cosa que es lo más recomendable que hay que hacer, y es mantener la calma, estoy seguro de que Pepper dijo todo eso porque estaba demasiado afectada, si es la persona que creo que es no sería capaz de hacerte algo así

- Parece que no es la persona que conoces, porque si fue capaz de hacerlo

- Tony mírame – él no era capaz de verlo a los ojos, pero luego de un tiempo que Stephen esperó paciente, finalmente lo vio directo a los ojos – yo voy a estar aquí, siempre para ti, lo podremos manejar, te lo prometo

- ¿Me lo prometes?

Stephen le sonrió, una sonrisa sincera y asintió, se acercó a él y le susurró "lo prometo", Tony lo besó con todo esa necesidad que había guardado desde le última vez que lo había visto y demostrándole todo ese amor que le tenía, amor que hasta hacía que por segundos dudaba de si debía escoger por su hijo y no por el amor que tenía entre sus brazos.

Inevitable (Ironstrange) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora