Dominante +18

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Luego de unos días desde que Stephen se había ido a vivir junto con Tony las cosas habían ido bastante bien entre ellos, aunque Stephen no pudo dejar de pensar en ningún momento en el problema que tenía con el santuario y en lo que debía hacer respecto a eso, Tony inevitablemente pudo notar que Stephen estaba preocupado por algo, aunque no pudo saber bien que era lo que estaba pasando con eso, por lo que estaba tan preocupado y pensó en planear algo para que él pudiera distraerse por un rato y hacerlo sentir mejor.

Tony entró en la habitación donde se encontró a Stephen sentado en la cama leyendo una revista, Stephen lo miró algo sorprendido, el multimillonario llevaba una bolsa llena de cosas que no se podían ver a través de ella.

- ¿Qué traes ahí? – Stephen se encontraba completamente curioso

- Algunas cosas que pensé que podríamos necesitar

Dejó la bolsa sobre el mueble de la habitación y se acercó a Stephen de forma seductora, caminó unos pasos hasta estar lo más cerca del hechicero y lo besó, primero un beso delicado, simplemente posándolo los labios sobre los del otro unos segundos, lo miró a los ojos y sonrió, le encantaba poder estar con él, le encantaba todo lo que hacían, no entendía cómo hasta ese momento no había conocido a ese hombre que en esos momentos lo hacía enloquecer, los besos cada vez se hicieron más y más apasionados, cuando sus respiración se comenzaron a agitar Tony rodeó el cuello del otro y sonrió.

- Te odio – lo volvió a besar, sorprendiendo a Stephen – te odio por hacerme sentir de esta forma que nadie más lo había hecho – comenzó a besar y a morder y besar delicadamente su cuello

- Debería ser yo quien diga eso – Tony lo tomó por las caderas – desde mi accidente de auto nunca pensé que podía volver a sentir ese tipo de cosas – Tony lo besó apasionadamente

- Te amo

- Y yo a ti

Tony introdujo sus manos debajo de la polera de Stephen, sintiendo su piel y como aún bajo su tacto tendía a temblar levemente, sonrió complacido ante eso, sus manos recorrieron todo su pecho, mientras sus labios no se separaron, Stephen no pudo evitarlo y comenzó a desabotonar la camisa que llevaba Tony, pero él lo detuvo inmediatamente y le quitó la polera al hechicero, Tony se alejó unos pasos y tiró lejos la polera.

- Tú solo déjate llevar – Stephen no sabía si Tony estaba sonriendo de forma seductora o malvada, pero sabía que a pesar de que nunca lo habría aceptado antes, le estaba gustando demasiado

- Está bien – suspiró fingiendo rendición – me dejaré llevar

Tony sonrió complacido, sus labios fueron directamente al cuello del hechicero, lamía y mordía cada vez con más fuerza dejando pequeñas marcas que se podrían esconder fálicamente con cualquier polera, Stephen comenzó a gemir débilmente cuando los besos de Tony comenzaron a bajar, se detuvo unos segundos dedicándole un poco más de atención a sus pezones lo que hizo que sus gemidos aumentaran el volumen y que tomara levemente la cabeza de Tony con una mano, entrelazando sus dedos con su cabello, continuó bajando lentamente hasta que sus labios quedaron a la altura del borde de los pantalones de Stephen, besó levemente la entrepierna de Stephen por sobre la ropa, haciendo que Stephen soltara un suspiro de expectación.

- Tony – gimió su nombre débilmente, Stephen necesitaba que Tony lo hiciera, necesitaba que continuara, pero no podía decirlo

Tony acarició débilmente la zona sobre la ropa, se acomodó de rodillas delante de él, besó delicadamente la zona y se alejó unos segundos, miró a los ojos a Stephen y pudo ver en ellos la súplica, llevó sus manos hasta su espalda y la arañó levemente, una vez satisfecho con las marcas que había dejado volvió a su entrepierna, la quitó el cinturón, lo desabotonó y le bajó el cierre, para luego bajarle levemente los pantalones juntos con su ropa interior, lo suficiente como para que solo saliera su miembro que con toda la expectación estaba completamente erecto, Tony aún se estaba terminando de acostumbrar a hacer ese tipo de cosas con él, pero cada vez le encantaba más, ya que sabía perfectamente que reacción obtendría del otro y eso era lo que más lo excitaba. En un solo movimiento introdujo su miembro completo dentro de su boca, o al menos lo más que pudo, lo que provocó un grave gemido de parte de Stephen, la cabeza de Tony se movía de adelante hacía atrás, y de regreso, mientras Stephen solo era capaz de sostener su cabeza sin poder controlar sus movimiento, fueron varios minutos de lamer y pequeñas mordidas que solo le provocaban a Stephen leves escalofríos por la espalda.

Inevitable (Ironstrange) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora