Steve

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Luego de que Stephen había abierto el portal que lo llevó directamente al santuario para luego cerrarlo detrás de él Tony intentó de dormir, de esa forma pasaría el tiempo más rápido, esperaba dormirse y al despertar ver a Stephen con una sonrisa en el rostro y una buena noticia que contar, pero Tony por muy optimista que intentaba ser, no podía evitar pensar en todos lo malos finales posibles, todas las posibilidades en donde no estaría con Stephen, en los finales en lo que Wong no aceptaría que se fuera con él, en todos esos finales en los que quizás no podría volver a verlo, en los finales en donde elegiría antes al santuario que a él, los finales en los que quizás Stephen realmente si lo eligiera a él, por sobre el santuario, pero él sabía que no podría llegar a ser realmente feliz si eso llegaba a pasar y sabía que ese final era igual de malo que cualquier otro y sabía que probablemente habían infinitos finales negativos, en donde no solo lo perdía, sino cualquier final en el que Stephen no podría ser feliz, quería que Stephen fuera feliz y quería ser feliz con él, y entre tantos finales en donde o los dos no eran felices o uno de ellos no lo era, solo había un final en el que los dos pudieran serlo y estar juntos al mismo tiempo, y todo eso le aterraba.

Luego de varios minutos pensando y pensando, intentando de dormir, minutos que a él se le hicieron eternos, para él fueron prácticamente horas y el hecho de que con él tiempo Stephen no apareciera, que no diera señales de vida lo terminó por desesperar completamente, se levantó de la cama y salió de la habitación esperando afuera de ella encontrar algo que lo pudiera hacer sentir mejor o al menos le distrajera la mente lo suficiente como para no morir de un ataque al corazón.

Tony fue directamente a la cocina, esperaba poder prepararse algo bueno para comer, para distraer la mente mientras lo hacía y mientras se lo comía, si había algo que lograba hacerlo sentir un poco menos miserable era disfrutar de una buena comida, cuando llegó ahí se encontró con que estaba la puerta cerrada, en un principio pensó que solo era una coincidencia, nunca creyó que había alguien despierto, abrió la puerta y se encontró con Steve al otro lado de la puerta, preparando el desayuno con una sonrisa en el rostro.

- Steve, aún es de madrugada – caminó hasta él y vio que era lo que estaba preparando, estaba el café en medio de la preparación y cocinando unos hotcakes que olían riquísimo – no pensé que habría nadie despierto a esta hora

- Si, realmente no pude dormir, hay algo rondando en mi cabeza y que no puedo sacarlo y no sé que hacer con eso, realmente no esperaba verte – mantuvo la mirada fijada en esos hotcakes que estaba preparando sin atreverse a mirar a otro lado

- Creo que te entiendo completamente – se sentó en una de las sillas de la cocina y acomodó los codos en la mesa que tenía delante – yo también tengo muchas cosas en mi cabeza, problemas y cosas en las que ahora realmente no quiero pensar

Steve no le respondió, no porque no lo estuviera escuchando o porque no le importara lo que estaba diciendo, simplemente no tenía nada que decir en esos montos y Tony lo comprendía completamente, Steve sirvió los hotcakes en dos platos, le llevó uno a Tony y el otro lo dejó en un espacio vacío frente a él, sirvió el café en dos tazas e hizo lo mismo que con los hotcakes, luego de apagar el fuego y dejar el sartén en el lava platos, le llevó el cubierto necesario para que Tony no tuviera problemas para comer y uno para él, finalmente se sentó en el espacio vacío donde había dejado la comida extra y finalmente solo se quedó mirando a Tony a los ojos sin saber que más hacer.

Tony asintió con la cabeza dando las gracias, los dos habían pasado por tanto y durante tanto tiempo que luego de todo eso habían cosas que no necesitaban decir y que entendían completamente lo que el otro estaba queriendo decir, lo que intentaban de expresar y lo que sentía con eso, Steve sabía perfectamente que Tony tenía demasiadas cosas en la cabeza y que no quería hablar de ninguna de ellas, no hasta el momento por lo menor y lo que realmente necesitaba era compañía y eso era lo que él iba a ser para él, el amigo que siempre quiso ser pero que no muchas veces pudo, aunque más de una vez deseó ser más que su amigo.

Inevitable (Ironstrange) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora