Mudanza

133 14 0
                                    

Tony besó a Stephen con pasión, que le dijera todo eso lo aliviaba completamente, realmente nunca había deseado más algo en su vida como en esos momentos deseaba salir definitivamente de edificio, y por su suerte no tendría que preocuparse por eso y a menos de que fuera necesario tampoco tendría la necesidad de hablar el porque de eso con nadie. Tony miró de reojo a Steve, que aún estaba sentado en el sillón, intentando de mirarlo con una expresión de disculpa, sabía que no podía decirlo con palabras, realmente se arrepentía de lo que estaba pasando, de lo que había hecho, aunque sabía que nunca sería capaz de decírselo y lo que más le dolía, estaba seguro que Tony nunca sería capaz de perdonarlo, Steve pensó que el hecho de que Tony se fuera sería lo peor que podría pasarle, pero todo eso era mucho peor.

Stephen sin notar lo que estaba pasando le correspondió el beso y la sonrisa a Tony, realmente para él era uno de los mejores momentos de su vida, lo tomó de la mano y rodeó su cintura con la otra mano acercándolo a él.

- Vamos a la habitación – le besó levemente la frente – pensaba en que primero podemos llevar nuestras cosas al templo y después vemos que es lo que necesitamos para poder estar a gusto en el santuario

Tony simplemente asintió, en esos momento no quería decir nada estando prácticamente en medio de los dos, lo que quería era definitivamente ir a la habitación y ahí poder disfrutar de todo lo que estaba pasando, de las buenas noticias y su compañía.

Tony hizo que lo soltara y enredando sus dedos con los de Stephen comenzando a caminar para que él lo siguiera, lo que hizo con una sonrisa en el rostro, acariciando la palma de Tony con su pulgar, intentaron de caminar lentamente hasta la habitación, pero estaban los dos tan emocionados, cada uno por su razones, que no tardaron mucho en llegar hasta ahí, apenas entraron en la habitación Tony cerró la puerta detrás de él, con calle, lo que sorprendió a Stephen levemente, Stephen lo tomó de las caderas y lo acercó a él, mal interpretando levemente a Tony, el que sonrió y lo alejó un poco.

- Vamos a ordenar las cosas – Tony lo rodeó por el cuello – quiero que estemos juntos en el templo lo más rápido posible – acercó sus labios a los oídos de Stephen – quizás estando allá podamos hacer otras cosas

- Esa me parece una buena idea

Tony comenzó a sacar su ropa de su closet, doblándola y acomodándola sobre la cama, haciendo pequeñas pilas de sus camisas, sus pantalones y chaquetas, toda su ropa, prefería estar completamente concentrado en eso que detenerse a pensar en lo que había pasado antes de que Stephen llegara a prácticamente rescatarlo, mientras Stephen se dedicaba a guardar el resto de cosas que sabía que Tony podía necesitar, luego se aseguraría de las cosas que él podría necesitar, con todo lo que había pasado y lo que habían conseguido para Stephen lo más importante era Tony y su felicidad.

Tony se detuvo un segundo y se quedó en silencio mirando a Stephen, no se podía creer lo que tenía delante de él, no solo era la persona de la que se había enamorado y que le había correspondido, sino que también era la persona que estaba dispuesta a darlo todo por él y que lo había demostrado por completo, se sentía un poco culpable por lo que había pasado, sabía que todo había sido en contra de su voluntad, pero pensar en haber sentido los labios de Steve sobre los suyos lo hacía sentir sucio, como que de alguna manera no se merecía todo ese amor y dedicación que Stephen le estaba entregando. Luego de unos segundos Stephen notó que Tony se había detenido y prácticamente se había quedado mirando a la nada.

- ¿Qué ocurre amor? – Stephen fue hasta él y lo abrazó con cuidado, por alguna razón sentía que si no tenía cuidado podía romperlo – te noto distraído – Tony volvió a la realidad y vio a Stephen que lo estaba abrazando con cuidado

Inevitable (Ironstrange) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora