Capitulo 3

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ELA

No sé qué hago aquí, estoy confundida, siento recorrer un frio terrible en mi ser. Imágenes vienen a mi cabeza, lo veo a él en el suelo desangrándose, siento que estoy viviendo otra vez el mismo mal sueño de aquella noche, la cual pensé que iba a ser la mejor de mi vida y termino siendo una noche oscura llena de dolor.

Escucho a lo lejos un sonido que me libra de este amargo sueño y siento fuerza de por fin poder terminar con ese mal sueño. Me levanto y noto que lo que suena es mi celular y quien está llamando es la abuela Ani. Me hace feliz ver su nombre en la pantalla después de ese sueño tétrico. Decido atender la llamada.

—Hola abuela, ¿cómo estás?

—Hola cariño, estoy bien. Quise llamarte para saber cómo va tu primer día, tu padre me ha contado que has vuelto y me alegro de saber eso. Espero que las cosas marchen bien y poco a poco retomes tu vida.

Como si eso fuera fácil, suena fácil pero nunca lo ha sido. Siempre tengo sueños reviviendo esa noche. Que las personas crean que estoy mejor no quiere decir que sea así, siempre quiero demostrarles que estoy bien, me canse de sentir esas miradas, esas miradas tristes por esta chica que perdió una parte de sí.

—Claro abuela, poco a poco, un día a la vez. Hasta el momento todo va bien, solo he tenido una clase. —le digo. Prefiero omitir que la señora Amanda será una de mis profesoras y del inconveniente de la asignación de dormitorios. A todas estas no he sentido en el apartamento a mi compañero Max. Me gusta eso, mejor para ambos no cruzarnos.

—Me alegro mi pequeña, te extraño demasiado espero pronto verte. Estaré pensando en ti. Llámame pronto, no te olvides de mí. — me dice.

—Está bien abuela, te llamaré pronto, te mando abrazo, te quiero.

Terminamos la llamada y decido ordenar mi habitación, ya es tarde pero no quiero volver a dormir. A pesar de ser pequeña mi habitación es acogedora. Arreglo mi ropa y mis cosas personales, al final encuentro una caja que al principio medito si cogerla o dejarla ahí hasta que esté lista, pero no quiero seguir siendo una cobarde así que la cojo y saco cada objeto, lo primero que encuentro es una carta de él.

Dos años atrás...

—¿Qué pedirás? —me dice Adam.

Observo el menú y estoy debatiendo entre una hamburguesa o un hot dog. Tras varios minutos termino decidiendo por un hot dog. Adam me mira con sus ojos color caramelo que tanto adoro, como si ya hubiera sabido lo que iba a pedir.

—Eres muy previsible amor. Sabía que terminarías pidiendo un hot dog, solo no quise presionarte, me gusta verte cuando estas concentrada en algo.

Con Adam nuestra relación ha sido muy tranquila, no puedo negar que como en toda relación hay altibajos, pero me hace muy feliz, ya llevamos dos años de relación, a pesar del tiempo que llevamos juntos, estoy enamorada de él como el primer día que le dije te amo. Ambos estamos estudiando leyes y nos entendemos muy bien. Al ingresar a la universidad nos conocimos y desde el primer momento que lo vi sabía que era para mí.

—Cariño sé que hoy estamos cumpliendo dos años de estar juntos y que no te gustan mucho los regalos, pero es una fecha para ambos y quería darte esto sin objeciones. –me dice mientras me entrega una bolsa gris de regalo.

No sé cómo tomar esto, nunca me han gustado los regalos ni las sorpresas, pero sé que él lo hace de corazón. Lo único malo de esta situación es que yo no pensé en ningún regalo. Me miro las manos nerviosas mientras recibo el detalle.

—Amor no te preocupes si no tienes algo para mí, te conozco y sé bien que este tipo de cosas no es lo tuyo, pero quería darte algo que sé que te gustará mucho.

CAMINO A LA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora