Capitulo 4

137 13 0
                                    

ELA

Estoy en clase con la señora Amanda, ha sido entretenida, inicio con conceptos básicos sobre criminología y lo que consigo lleva aquella. Al terminar la clase la señora Amanda me hace señas que vaya a su escritorio. Estoy segura que me va a preguntar que he decido sobre la cena y a decir verdad ni me lo he planteado, pero supongo que quizás no puede ser una mala idea.

—Hola pequeña, ¿Cómo estás? ¿Qué has pensando sobre lo que te dije? –Me dice

—Hola señora Amanda, bien gracias; Sí me encantaría ir a cenar con ustedes.

Sus ojos se iluminan al ver mi aceptación, se levanta y me abraza. Debe ser que, tanto para ella como para mí, estar otra vez juntas es sentirlo a él. Porque así lo siento al estar con ella.

Me dirijo a la biblioteca en busca de unos libros para la clase del señor Williams, apenas son los primeros días y ya siento que tengo muchas cosas encima. Decido quedarme leyendo un rato en la biblioteca y distraerme aquí.

—Te ves dulce cuando lees. –Me dice Mario. Quedo sorprendida ante su presencia.

—Hola Mario, ¿Cómo vas? –le digo.

—Bien, pasaba por aquí buscando unas cosas para un trabajo y te vi. Quería saludarte y saber cómo estabas. –me dice.

—Estoy bien gracias, adelantando deberes. –Le digo con una sonrisa. No parece genuino lo que me dice, pero quiero creerle.

—¿Qué harás más tarde? ¿Estarás ocupada? –me dice. No sé qué haré más tarde, pero lo que sí sé es que no quiero salir por el momento, aún sigo meditando si ir el viernes al apartamento de Heidi.

—Tengo que terminar unas lecturas para mañana. –Le digo. Sé que he mentido, pero aún es muy pronto para salir, primero quiero acostumbrarme el haber vuelto a la universidad. Las salidas ya pronto volverán.

—Quería invitarte a cenar algo, pero al parecer no se va a poder. Si quieres lo podemos dejar para el viernes, puede ser antes de ir al apartamento de Heidi. –Me dice.

¡Diablos! Que insistente, pero ya no tengo excusas para evadirlo. Así que acepto, me despido de él y voy a comprar unas cosas que necesito para el apartamento. Llego al almacén y compro víveres al igual que abarrotes, quiero preparar algo delicioso para cenar.

El piso está totalmente impecable, Max parece ser un hombre obsesivo con el aseo y orden, me rio de solo pensarlo en verlo haciéndolo. Me siento cómoda con él, haré un poco más de comida para que encuentre algo cenar cuando vuelva. Decido por hacer Nuggets de pollo. No es mi fuerte la culinaria, pero lo hago lo mejor que puedo. Siento que tocan la puerta, me demoro un poco quitándome el delantal y de repente al abrir la puerta lo único que encuentro es una caja con mi nombre, la recojo y la llevo a la mesa de la cocina, es extraño este tipo de cosas y lo peor es que no dice el remitente, solo tiene mi nombre. Dejo la caja de lado, si no tiene remitente no es que vaya a ser importante. Termino de preparar la cena cuando llega Max, al verme, veo una gran sonrisa.

—Hola Max, ¿Cómo estás? –Le digo, sonriendo sin darme cuenta que lo estaba haciendo.

—Hola querida Ela, bien gracias, Oye huele muy bien. –Me dice

—He preparado Nuggets de pollo, también hice para ti, espero te gusten. –Le digo mientras sirvo.

—Es muy lindo de tu parte, gracias, no debiste molestarte. –Me dice.

Mientras cenamos se me olvida la caja que he recibido, la verdad para mí no tiene ninguna importancia, no sé quién la envió así que no debe ser nada lo de la caja. Terminamos de cenar y él me dice que él lava los trastes por la cena que he hecho. Él lava y decido coger la caja para ver que tiene adentro. La abro y veo una carta en ella y una foto.

—Ya tienes pretendientes al parecer, ¿no, Ela? –Me dice Max.

Lo que él no sabe que es que mi mundo ha dado un giro inesperado con esta pequeña caja y su contenido. Me he quedado pasmada al ver su contenido, después de todas las dudas, ahora algo me dice que puedo tener razón y que no sé cómo afrontarlo. Es una carta con un mensaje claro:

CASI UN AÑO DESPUÉS DE LA MUERTE DE ADAM, LO QUE NO SABES ES QUE ALGUIEN MUY CERCANO A TI QUERIA HACERLE DAÑO Y LO CONSIGUIO DESPUÉS DE TODO. DEBES CUIDARTE Y NO CONFIAR EN NADIE. ALGUIEN MUY CERCANO A TI TE ESTARÁ ASECHANDO. TEN CUIDADO.

Con el mensaje hay una foto de un reloj que jamás pensé volver a ver.

—¿Ela, estas bien? –Me dice Max con el ceño fruncido.

Siento como por mis mejillas bajan lágrimas, aun no lo puedo creer como alguien pudo hacernos esto, y creo con todas mis fuerzas de lo que dice la carta, pero ¿Por qué ahora? La policía siempre pensó que fue un robo común y corriente. Pero una parte de mí sabía que no era así. Y la prueba de ello es la foto con el reloj, porque nadie además de la policía y la familia de Adam que sabían de la perdida de ese reloj.

—¿Ela? — Me dice Max tocándome la mano, siento como sus brazos me rodean para abrazarme y no hago nada para detenerlo.

—No quiero hablar del tema, solo abrázame, es lo único que necesito. –Le digo. Nos sentamos en un sillón y mis lágrimas no paran de bajar, quiero dejar de llorar, pero al ver esto es como si estuviera volviendo a pasar.

Poco a poco siento que mis ojos me pesan y que no quiero levantarme de su regazo. Me voy quedando dormida.

—Nadie volverá hacerte daño, quiero protegerte, no sé qué ocurre en tu vida en este momento, solo espero que me dejes llegar a ti y conocerte porque lo único que quiero cuidar de ti. –Me dice mientras mis ojos se terminan de cerrar. 

CAMINO A LA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora