Capitulo 10

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ELA

Siento calor alrededor de mi cuerpo, abro los ojos y veo a Max al lado mío entrelazando su pierna en mi cuerpo, no tiene camisa, solo lleva una sudadera. Hago recuerdo de todo lo que paso anoche. Sé que fui yo la que le pedí que se quedará conmigo pero ¿en qué diablos estaba pensando? Esto ya es demasiado extraño. Verlo junto a mí es algo raro, aunque no voy a negar que su rostro bien definido y su cuerpo, ¡qué cuerpo!, me tiene fascinada, realmente se ve muy bien, es demasiado atractivo, siento un hormigueo entre mis piernas, anoche estuvimos a punto de tener sexo y aun no entiendo porque se detuvo, agradezco que lo haya hecho, sino lo hubiera hecho, la situación ya sería más incómoda de lo que es.

Me levanto lentamente para no hacer ruido, ni despertarlo, lo que menos quiero es hablar con él, después de su confesión, quien sabe cómo será el ambiente en el apartamento "creo que me estas empezando a gustar" sus palabras retumba en mi cabeza. ¿Lo dirá en serio? ¿Quizás siempre sea así con las mujeres? Para mi este chico es un enigma y no sé si quiera resolverlo. Saco lo necesario para arreglarme y me dirijo al baño, trato de no demorarme, ruego a todos los santos para que no se despierte mientras yo este aún en el apartamento. Me miro al espejo y sé que no es mi mejor pinta pero me da igual, cojo mi celular y solo tiene 36% de batería lo guardo y cierro suavemente la puerta principal.

***

En el almacén el aire acondicionado me tiene estornudando, aún me estoy recuperando de anoche. Decido ignorar todo lo que paso anoche, estoy tratando de elegir que llevar a la cena con la señora Amanda y el señor Luis, quiero cancelar pero ya está demasiado encima la cena y ser descortés con ellos no puedo. Espero que al llegar la noche Max no esté y poder arreglarme en paz, mi celular vibra, pero lo ignoro. Decido llevar una botella de vino, ojala les guste, realmente no sé mucho de vinos, espero haber acertado.

Termino de hacer la compra y voy a la parada del bus, no tengo muchos ánimos de caminar y más con ese cambio de clima, en cualquier momento lloverá. En el bus saco mi celular y veo diferentes mensajes.

Mario:

Me gustaría hablar contigo, por favor llámame cuando puedas.

Qué diablos le pasa a Mario, tiene un cambio de humor exasperante, no quiero hablar con él, ignoro el mensaje. Otro mensaje que tengo es de mi mamá.

Mamá:

Te extrañamos hija, esperamos que te esté yendo bien, cualquier día pasamos a visitarte.

Como los extraño, espero poder verlos pronto, los necesito mucho, han sido incondicionales conmigo, estoy agradecida por tenerlos como padres.

Y para concluir mis mensajes tengo uno de Max, debió extrañarse no encontrarme.

Max:

Parece que tus deberes no pudieron esperar. Espero que tengas un buen día, si tienes tiempo me gustaría poder retomar la salida, quiero llevarte a cenar. Claro si estás de acuerdo.

Me parece una buena idea, en cierta parte, "¿a quién quieres engañar? Claro que quiere cenar con él, no tienes control de lo que pasa con él y eso es lo que más te aterra". Y hay esta esa vocecita, me gustaría desaparecerla de una vez por todas. Lo mejor es hablar de lo que está pasando entre nosotros, parar de una vez lo que sea que está pasando, no quiero salir herida, ni herirlo, tengo un pasado que me sigue aún y el no merece estar ilusionado de algo que no le puedo dar.

***

Llego al apartamento y no hay señales de Max, siento que el aire vuelve a mí, estaba nerviosa. Aun me queda hora y media para poder arreglarme. Opto por algo casual pero con un toque elegante y para termina mi outfit, un blazer negro, mi favorito.

CAMINO A LA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora