Capitulo 8

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Ela

Me exaspera la manera en como hace las cosas. ¿Quién se cree él? Cree que mandándome un mensaje todo estará bien, pues se equivoca.

Ela:

No hay nada de qué hablar, lo que paso no se volverá repetir, así que no te preocupes.

¡Mensaje enviado!

-¿Todo bien Ela? Te noto tensa, -me dice Mario sacándome de mi burbuja de pensamientos.

Claro que estoy tensa. Mi compañero me saca de mis casillas, él y yo no tenemos nada de qué hablar, que vaya y hable con su querida Maddie y a mí me deje en paz.

-¡disculpa mis modales! Es que tengo que hacer un trabajo y mi compañera ya me está dando indicaciones y me desespera un poco, -mentira como puedes decir eso, Melani no tiene la culpa que Max te saque de quicio, me dice esa vocecita que parece nunca callarse.

Terminamos de cenar y nos dirigimos al apartamento de Heidi. Ella y yo no es que tuviéramos la mejor relación de amigas, a decir verdad apenas nos tolerábamos y eso era solo por el grupo, a excepción de ella los demás del grupo éramos muy unidos. Aunque siempre tuve la duda si ella tenía o tuvo algo con Mario. Llegamos al apartamento y noto demasiadas personas para ser una reunión privada o eso era lo que hacíamos antes. Porque ahora definitivamente esto se había tornado como una fiesta y si antes estaba nerviosa por venir, ahora sí que definitivamente me apetecía estar en otro lugar y no aquí.

-¿Por qué no me dijiste que era una fiesta? -le digo con mirada acusatoria.

-Porque sabía que no vendrías, así que omití esa parte, -me dice alzando los brazos en modo de defensa.

Y tiene toda la razón, jamás hubiera venido de saber que era una fiesta. Camino por el medio de las personas, todas están entonadas y yo apenas puedo respirar y queriendo que la tierra me trague de una vez por todas. Encuentro caras conocidas que se sorprenden al verme, y escucho como empiezan hablar de mí, sabía que esto pasaría por eso no quería venir en un principio. Hay una mirada fija en mí, de un chico que jamás había visto y lo peor de todo, es que tiene su brazo alrededor de Heidi.

-No les prestes atención a lo que puedan decir las personas, es muy fácil juzgar, cosa que se les va de maravilla, por eso es mejor ignorarlos. -me dice una voz conocida, volteo y mis brazo como si tuvieran vida propia se tienden hacia él.

-¡Oliveeeeeeer! -Grito con mi corazón a mil.

-¿Cómo estás Ela? Hace mucho que no sé de ti, pero no sabes lo que me hace feliz volver a verte después de todo.

Oliver era uno de mis favoritos en el grupo, después de Adam claro está, él siempre estaba conmigo, era como un mejor amigo incondicional, me sentí mal cuando no volví hablar más con él. Pero supongo que solo quería estar sola.

-¡Feliz de verte! -le digo casi gritando, la música no ayudaba mucho. Y verlo, sí que me hacía feliz, estaba siendo muy sincera con él. Me coge la mano y me dirige hacía los demás. Zack, Camil, y Luca gritan unísono mi nombre ¡Wow! Como los extrañe a todos. Caminan hacia mí, me levantan y me abrazan, están tal cual los recordaba. Heidi apenas me sonríe y me da igual, nunca me ha importado, pero noto que se tensa al ver que el chico de al lado no ha dejado de verme desde que llegue.

-¿Quieres bailar Ela? -me dice Luca.

Asiento y vamos a la pista, bailamos sin parar. De repente suena un clásico, "Your love - The Outfielder" y empiezo a cantarla a todo pulmón, esa canción es una de mis preferidas. A pesar de las miradas en mí, la estoy pasando muy bien. Y recuerdo que una de las razones por la que vine es averiguar quién es el remitente misterioso. Porque lo más cercano que tengo en este momento son ellos.

CAMINO A LA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora