Capitulo 9

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MAX

Estamos en el estacionamiento y noto algo pálida a Ela, me preocupa su estado, no sé cuánto habrá bebido, y al parecer fue bastante. ¿Siempre beberá de esa manera?

-¿Cómo te sientes?

-Muy mareada a decir verdad, el mundo me da vueltas, -me dice y noto lo apenada que está.

Salgo del auto y a ella le cuesta ponerse de pie, no puede salir del auto. Me acerco a ella sin decir ni una palabra, no quiero que se avergüence más. Ella no se resiste cuando la cargo en brazos, coloca sus manos en mi cuello, y poco a poco sus ojos empiezan a cerrarse. Menos mal fui por ella, sabrá Dios que le hubiera pasado en ese lugar, en el estado en que está. Tenerla entre mis brazos es algo que jamás había sentido en mi vida, creo que me estoy empezando a enamorar de ella y no sé cómo manejar esto. Mi vida nunca ha sido centrada en una mujer. Por ella han pasado muchas mujeres pero nunca he podido dar algo más, solo me interesaba tener sexo y ya no volverlas a ver, los sentimientos siempre pasaban a segundo plano, solo era cosa del momento. Pero con Ela, es algo muy diferente no sé qué tiene aquella mujer de ojos grises que me hace querer poner todo mi mundo ante sus pies. La vulnerabilidad que tengo por ella no tiene cabida en este mundo y eso es lo que más me aterra, mi cabeza me dice que me aleje de ella, que lo único que me traerá son problemas pero cada vez que la veo sonreír mi corazón tiene el mando e ignoro todo tipo de mensaje de alerta de mi cabeza. Llegamos a su habitación y siento su temperatura elevada, pero ella aún sigue con los ojos cerrados. Cojo paños fríos y se los coloco en la frente, me tiene con incertidumbre su estado ¿será de llevarla a un hospital? Me quedo a su lado meditando que hacer, no quiero que le pase nada. De pronto siento que se está moviendo y empieza abrir los ojos.

-¿Dónde estoy? –me dice.

-En tu habitación ¿Ela cómo te sientes? ¿No crees que es mejor llevarte a un hospital?

-¡NOOO! De ninguna manera a un hospital, me siento bien, -miente.

-No parece que estés bien, tienes la temperatura por el cielo. ¿Cuánto bebiste?

-Solo una cerveza, -me dice, pero creo que me está haciendo una broma, ¿Cómo que una cerveza? Eso no tiene lógica.

-¿En serio una cerveza Ela?

-Tampoco entiendo como una cerveza tiene estos efectos, hacía mucho tiempo que no bebía alcohol, pero no creo que mi cuerpo reaccione de esta manera, solo fue una, creo que le echaron algo.

¡¿Pero qué mierda?! Siento como la rabia me invade, ¿quién diablos le haría eso? seguramente se querían aprovechar de ella. Y agradezco que me haya llamado, no me quiero ni imaginar que hubiera pasado si no lo hubiera hecho. Ahora más que nunca debo llevarla al hospital pero no entiendo porque ella se niega, es lo mejor que podemos hacer.

-Ela vamos a que te vea un médico.

-Tu no me dices que hacer, ya te dije que no quiero irme a ningún lado, -su respuesta me dejo pasmado, a pesar de su estado sigue teniendo carácter, parece que no voy a poder convencerla.

-Ela no tengas esa actitud, si realmente te drogaron no sabemos qué efectos puedas tener más adelante.

-¿Sabes?... Te vez más lindo cuando no dices nada, no quiero ir y punto, mejor quédate conmigo y no insistas que no iré a ningún lado, no estoy tan mal como para ir, -me dice.

Está mintiendo y con que descaro a decir verdad y esa actitud que tiene, quien diría que ese rostro de ángel tendría un carácter de los mil demonios. Su cuerpo empieza a temblar y ella trata de disimular y mira que mal lo hace. Me levanto de la cama y empiezo a dar vueltas por la habitación.

CAMINO A LA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora