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Yo no tenía pensado publicar hasta terminar la novela, pero es que Aitana está nominada a un Latin Grammy y quería "celebrarlo" de algún modo.

El verano llegó a su tan indeseado fin. Había sido uno de los veranos más calurosos de los últimos años en Miami, aunque, para nuestras protagonistas, las altas temperaturas se debieron también a otros motivos.

Nerea comenzó a trabajar en el Indigo's y ahora Aitana había cambiado la dirección hacia donde se quedaba empanada. Recogía cada plato con una sonrisa que mantenía al atender todos a los demás clientes. Incluso parecía que Mimi se había contagiado del ambiente moñas que ahí se respiraba.

Aitana había convencido a su tío de que le compaginase sus horarios con los de Nerea, con la excusa de que así se irían siempre juntas. La excusa coló y las que cada día estaban más enchochadas lo aprovechaban para quedarse algunos ratitos de más sentadas en la puerta de atrás juntas.

Todo esto, junto a que Aitana se había apuntado a la optativa de teatro en el instituto, la hacían más feliz que nunca. Incluso esperaba con ansia los lunes, pues usualmente veía una rubia subida en moto que la esperaba.

Un día, corió hacia ella nada más cerrar la puerta con llave. La abrazó con todas sus fuerzas como si no se hubieran visto en meses.

-Holi- saludó Nerea besándole la frente.

Aitana lo recibió con su característica sonrisa de ratona. Como de costumbre, estaban tan inmersas en su burbuja que no escucharon a las dos personas que estaban cada vez más cerca.

-¿Esta es Nerea?

Las dos chicas se separaron al escuchar una voz de mujer. Nerea con el ceño fruncido porque solo entendió su nombre, pero Aitana con una sonrisa fue a abrazar a la mujer de la que provenía la voz y, después, al hombre que la acompañaba.

-Sí es- contestó poniéndose a su lado pese a que la rubia no estaba entendiendo nada-. Ah, perdona, Nere. Estos son mis padres, Belén y Cosme.

Nerea intentó sonreír, pero se le quedó a medio camino entre una mueca un tanto extraña que mantuvo en su rostro mientras le daba la mano a los dos adultos.

-¿Por qué no pasáis a tomaros algo?- propuso Cosme acercándose a las tres mujeres.

-Tenemos que ir al Indigo's. Pero el sábado no trabajamos ninguna.

-Veniros a comer, entonces- hizo otra propuesta. Ambos tenían muchas ganas de conocer a la amiga de la que tanto hablamos.

-Genial- contestó la del flequillo mirando a su amiga, que tenía las cejas alzadas y la boca entreabierta porque no se estaba enterando de nada.

Se despidieron de los padres de Aitana y pusieron rumbo a la parada del bus.

-Traducción, please- pidió Nerea con un pucherito.

-Que el sábado vienes a comer con mis padres- al tener la vista fijada al frente no se percató de que Nerea había parado en seco. Solo tras unos segundos de no escuchar el ruido de sus botas contra la acera que se giró para descubrirla con la cara blanca-. ¿Nerea?

-No, no, no- anduvo la distancia que las separaba y la agarró de sus manos a la vez que negaba repetidamente con la cabeza-. No me hagas esto, señorita.

-No te preocupes- enredó los dedos en su cabellera rubia para apartárselos.

-Tengo mucho miedo de si suelto algo o si digo algo que ofenda a mis suegros.

Las dos se miraron con los ojos como platos.

-¿A tus qué?- Aitana casi se ahoga con sus palabras.

Señorita | ifridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora