dirty little secret ;; reddie

e m o t i o n s

  El timbre sonó finalmente, dando inicio a unas nuevas vacaciones de verano. El grupo de perdedores esperaba que esas vacaciones sean tan inolvidables como las de hace dos años. Quizás no tanto.

  — En serio pregunto, ¿de qué mierda me sirve saber la historia de miles de hombres que ya están muertos y encima no hacían nada más que masturbarse? Quiero decir, ¿cómo hacen para saber los demás lo que pasó hace miles de años? ¡Es más! ¿a qué clase de persona podría interesarle algo así? solamente a los vírgenes sin vida —el bocazas se acomodó las gafas luego de tirar absolutamente todos sus libros de historia a la basura, materia de la que acababa de salir.

  — Bueno... a mí me interesa —respondió Ben, ya preparado para la humillación que le daría el azabache.

  — Es porque eres un virgen sin vida, Ben.

  — Richie, ¿planeas pasarte todo el verano hablando idioteces como siempre? —Eddie se metió en la conversación al llegar hasta donde estaba el grupo, provocando una involuntaria sonrisa ladeada en el chico de gafas.

  — No, también pensaba pasarlo con tu madre.

  Richie levantó la mano para que sus amigos le chocaran lo cinco, pero solamente recibió una negación de su parte. El azabache bajó la mano, pensando en lo aburridos que podían llegar a ser.

  Había sido un año aburrido, al igual que el anterior. Luego de que un payaso maniático intentara asesinarlos hace dos veranos pasados, las cosas en Derry volvieron a la normalidad. Ellos aún sentían su presencia, incluso habían llegado a oír su voz, pero sabían que todo estaba dentro de sus cabezas. Eso no volvería hasta dentro de veintiséis años, lo que para ellos era tiempo suficiente para salir de aquel abrumador pueblo y construir sus nuevas vidas lejos de ahí. Muy lejos.

  — Chicos, ¿dónde están Beverly y Bill? —Stan miró para todos lados comprobando que ellos efectivamente aún no habían salido.

  Como si hubieran escuchado que los llamaban, Beverly y Billy finalmente aparecieron tomados de la mano y con una pequeña sonrisa.

  — ¿Qué hay perdedores? —saludó Beverly, soltando la mano del tartaja.

  — Vaya, miren al fin quienes decidieron aparecer. ¿Terminaron de filmar su película porno?

  — ¡Cállate Richie! —soltó Beverly, dejándole un golpe en el brazo para luego tomar su bicicleta. Todos copiaron la acción de la pelirroja y tomaron sus respectivas bicicletas.

  — Solamente espero que no lo hayan hecho en el baño, ¿saben la cantidad de bacterias que hay en esos lugares? Si no tienen otro lugar más que el baño entonces deberían llevar alcohol y toallitas desinfectantes siempre con ustedes a pesar de que obviamente no va a sacar los millones de virus y bacterias aún así van a estar un poco más protegidos.

  — No puedes decir nada, tú compartes el mismo baño que tu mamá.

  — ¿Y eso qué tiene que ver? Mi mamá no tiene ningún virus.

  — ¿Cómo sabes que no tienes ladilla?

  — ¡Cállate Richie, no es gracioso! —gritó Eddie, haciendo callar al bocazas por probablemente octava vez en la mañana.

  El bocazas sonrió con diversión al ver como su amigo hipocondríaco se enojaba por algo tan simple como eso. Le era muy gracioso verlo de esa manera, se le hacía sumamente tierno y podía sentir su corazón derretirse, pero por supuesto que no se lo diría. Continuó molestando al castaño, comenzando una guerra entre términos extraños que solía usar Eddie y algunos insultos y cosas como "me acosté con tu madre" de parte de Richie. El resto de perdedores simplemente observó, conteniendo la risa y sin poder creer que ese par aún no esté junto.