dirty little secret ;; reddie

h e a r t b r o k e n

  Richie miró su reflejo. Se veía cansado, destruido. Y lo estaba.
Tenía los ojos rojos. En su rostro los moretones aún eran visibles, al igual que las heridas. ¿Quién hubiera dicho que un corazón roto por un amor no correspondido sería tan difícil? Era algo que él ya suponía, pues la simple idea de pensar en Eddie con otra persona ya le causaba una extraña presión en el pecho. Ahora que aquello se había vuelto realidad, la presión en el pecho se había transformado en llanto y un nudo en la garganta constante. El amor era una verdadera mierda, y Richie lo estaba descubriendo por primera vez.

  Cuando Eddie se lo contó, el azabache tuvo que sacar fuerzas de todos lados para poder reprimir esas enormes ganas de llorar que aparecieron en él a penas el chico acabó de pronunciar esas cinco palabras. Cinco palabras que fueron capaz de destrozarlo por completo. Lo peor de todo aquello es que Eddie no sabía el daño que había causado en Richie.
Luego de unos segundos de silencio entre ambos. Eddie deseando que su dudosa afirmación sea real y Richie simplemente deseando morir. Lo único que pudo hacer fue soltar un tembloroso "oh, bien" como respuesta, para acto seguido despedirse del chico que había roto su corazón sin saberlo y corrió de allí. No planeaba ir a su casa y tirarse en su cama a llorar, pero así fue; a penas cerró la puerta detrás de él las lágrimas ya habían comenzado a empapar sus mejillas. Y ahí fue donde pasó el resto del día, y donde planeaba pasarlo ese día también, y él próximo, y probablemente el próximo también. Así sería al menos hasta que su corazón sanara y pudiera ver a Eddie a los ojos sin querer llorar.

El dolor de los golpes de Bowers no era nada con el que estaba sintiendo ahora mismo.

¿Por qué te duele tanto? Pensé que habías aceptado que él jamás estaría interesado en ti. Después de todo es la verdad, ¿no?

  — Oírlo de sus propios labios es peor —respondió al aire mientras lavaba su rostro, intentando verse como una persona estable y no un idiota que había estado llorando toda la noche sin parar, pero fue inútil ya que en pocos segundos algunas lágrimas volvieron a deslizarse por sus mejillas—. ¿Por qué mierda sigues aquí, idiota? ¡Ya déjame en paz! Se lo he contado a Bev, es lo que querías, ¿no?

No.

  — ¿No?

No. No es ella quien verdaderamente tiene que saberlo, ¿cierto?

  — Eso no fue lo que dijiste. Tú dijiste que te irías cuando se lo cuente a alguien, ya he cumplido con eso. ¿Por qué sigues aquí jodiendo?

Te lo acabo de decir. Porque no es ella a quien se lo debes contar. Sé lo que dije, pero no me refería a cualquier persona. Me refería exclusivamente a él. Pensé que serías más listo como para captarlo.

  — No es justo —secó sus lágrimas con el borde de su camisa.

Nada en la vida lo es, pequeño Richie.

  El chico mordió su labio inferior con fuerza, tanto que en cualquier momento haría alguna cortadura allí. Estaba enojado, y no podía creer que se estúpido payaso le había engañado de esa forma. Realmente fue muy difícil para él contarle aquello a Beverly, y todo para que luego el payaso cambie todo. Aún así, estaba claro que no se arrepentía de haberle contado a Bev, y la verdad era que en el momento ni siquiera pensó en Eso, fue algo que simplemente soltó.

  Resopló cuando las lágrimas habían cesado finalmente, y se preguntó cuánto tardarían en volver a salir. Eddie no estaba enterado sobre lo que Richie sentía, y ahora mismo, el chico comenzaba a creer que jamás se enteraría. ¿Vivir con el payaso torturándolo en su mente? Pff, pan comido. Y si termina en un psiquiátrico, ¿qué más da? De todas formas es ahí donde él pensaba que estaba destinado a estar.