q u e s t i o n s a n d c o n f u s i o n

3.1K 397 957
                                    

  — ¿Es en serio? ¡Santa mierda! ¿Cómo se supone que debería actuar? ¿Qué le diré sobre lo que pasó en la casa club? ¿Qué le diré sobre mis moretones? ¿Me veo bien? —habló mientras el pánico se comenzaba a apoderar de él.

  — ¡Richie tranquilizate! Alterado no lograrás nada —lo tomó por los hombros obligándole a que la mire—. Te calmarás y le explicarás cómo sucedieron las cosas, es la mejor opción antes que mentirle —lo analizó un segundo— y estás hecho un asco, pero no importa porque siempre estás igual y si Eddie te quiere entonces te querrá por como eres.

  Richie iba a protestar nuevamente, pero aquella voz que lo hacía estremeser sonó a su lado. El hipocondríaco había llegado e interrumpido la conversación que mantenían los chicos anteriormente.

  — Eddie, ¿qué tal? —la chica le dio una rápida mirada a Richie.

  El azabache giró para encontrarse al castaño mirándolo fijamente con una pequeña sonrisa en su rostro, la cual se esfumó con tan solo ver el rostro moretoneado de Richie Tozier.

  — Hey, Eddie Spaghetti —dijo, intentando sonar lo más normal posible, pero falló en el intento cuando se dio cuenta que su voz tembló ligeramente.

  — ¿Qué mierda te pasó? —se agachó a su lado y observó las heridas con preocupación.

  — Una palabra: el idiota de Bowers.

  — Esas son cuatro palabras, Rich.

  — Me da igual. Se entiende el punto —se encogió de hombros.

  Observó como Eddie examinaba cada herida de su rostro, y Richie sintió su corazón latir con fuerza ante la poca distancia que compartían. Su corazón latía tan rápido que incluso se planteó si lo que tenía no era taquicardia.
Los labios entreabiertos del chico no colaboraban mucho en que las alborotadas hormonas de Tozier se calmaran aunque sea un poco. Sintió el suave tacto del chico pasar por sus heridas, como si al hacer eso mágicamente curarían. Pues sorpresa, Richie ya se sentía completamente renovado.

  Entonces se oyó un carraspeo. Eddie se separó rápidamente de Richie y ambos se sonrojaron de inmediato.

  — Creo que ya me voy, no quiero interrumpir este extraño reencuentro —habló la pelirroja mientras tomaba su mochila donde había llevado a la casa de Richie cosas que las personas se supone usan para una pijamada, entre ellas había: esmaltes de uñas, revistas sobre chismes, y chocolates que ahora no eran más que simples envoltorios desparramados—. Me divertí mucho anoche, Richie —dijo con sinceridad y una linda sonrisa en sus labios. Eddie al oír eso alzó una ceja. No dijo nada, pero en su interior se estaba comenzando a hacer miles preguntas, comenzando con el que era raro ver a Richie y Beverly juntos, solamente ellos dos. Realmente raro.

  — Yo también me divertí, Bev. Gracias por todo, en serio —le devolvió la sonrisa. La chica saludó a Eddie y finalmente se retiró de ahí, pero no sin antes guiñarle un ojo a Tozier.

  Eddie se acomodó mejor al lado del azabache, tomó el paquete de patatas sin antes preguntarle al chico y comenzó a comer.

  — ¿Por qué no fuiste a todas las veces que nos juntamos esta semana? ¿Es verdad que estabas enfermo? —Richie asintió mientras tomaba un sorbo de soda—. Pero te juntaste con Beverly y al parecer... pasaron la noche juntos —habló con un tono de voz difícil de comprender.

  Richie dejó su bebida a un lado y miró al chico. Se sentía un verdadero asco comparado con él. Eddie parecía tener el pelo algo húmedo y perfectamente peinado; en su rostro no había ni una sola imperfección, estaba completamente limpio. Vestía una remera color verde claro junto a unos pantalones que le llegaban a las rodillas, y por su puesto, su riñonera con medicamentos no podía faltar. Su ropa tampoco tenía ni una pequeña mancha.
Richie se acercó un poco más al chico para poder apreciar mejor la forma en la que olía. Pudo distinguir que olía a una increíble mezcla entre chocolate y miel. Era todo lo contrario a él, quien olía a cigarrillo y estaba desaliñado y desprolijo. Su camisa rosa estaba manchada con tierra y un poco de chocolates que había comido con Beverly esa mañana, al igual que sus jeans desgastados. Tenía el rostro moretoneado y con varias banditas en él, su labio estaba partido y en su frente aún había quedado una lastimadura visible, gracias a que se habían quedado sin banditas. Su pelo estaba revuelto y lejos de parecer que la noche anterior se había bañado.
Eddie era perfecto, mejor que él en todo sentido. ¿Cómo podría un chico como Eddie llegar a sentir algo por él? Sonaba imposible por donde sea vea.

dirty little secret ;; reddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora