Capitulo 23

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RYAN: 

- Que?- es lo único que puedo desir.

- De verdad lo lamento, hisimos todo lo que podimos.

- No, no no no,NOOOOO, Es mentira, DI QUE ES MENTIRA, DI QUE ES UNA MALDITA MENTIRA.

- De verdad lo siento.

- Es mentira, ella no puede estar muerta, no puede.

Lo único que ago es correr hacia donde está Mia llorando, el doctor me dice que no puedo entrar, pero no lo escucho, sólo voy adonde esta la mujer que amo, la mujer que tanto hise daño, que por mi culpa ahora esta muerta.

Cuando voy hacia ella me caigo varias veses, por que siento que se me da vuelta la cabeza, pero a un así no paro, tengo que llegar hacia donde está Mia, y si es posible irme con ella.
Por que todo este tiempo sin ella mi vida fue un infierno, me deje segar con el odio que sentia por ella, pero también lo amaba más que a nadie, pero por mi orgullo no queria reconocer  que seguía amando, y perdí todo este tiempo lejos de ella.
Pero por lo menos estaba viva, pero  ahora no puede marcharse para siempre, me niego a perderlo.

Cuando abro la puerta veo tirada en la camilla tapada  hasta la cabeza con una  sabana blanca.

Me aserco al cuerpo y destapó la sabana, y hay esta palida y fría como hielo.

- NO, NOOOOOOO - lo único que ago es llorar  como nunca eh llorado.

Lo abrazo e intento despertar desesperadamente, pero no se mueve.

Lo abrazo e intento despertar desesperadamente, pero no se mueve

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- No me agas esto mi amor, por favor, no me dejes, vuelve. yo se que te hise mucho daño y Perdoname, Perdóname por ser tan idiota, por estar tan ciego, Perdóname estaba secado por el odio, pero te amo, si, te amo como a nadie, ese día cuando te hice creer que no te amaba, te mentí, te mentí amor, pero nunca pudi olvidarte, por favor vuelve, se que no me merezco que me perdones, pero vuelve, haslo por tu hermana, no la dejes sola, ella te nesesita.

Lo beso sus labios fríos,  que no sentía su dulce sabor desde hace mucho tiempo, pero ahora sólo son fríos y sin calor.
Lo abrazo su cuerpo llorando desperadamente, los doctores entran y me quieren separar pero me resisto, no quiero soltarla, me niego a perderla, me niego a creer que esta muerta.

Pero de pronto las máquinas impiesan a sonar, y se pueden ver de un latido de un corazón.

Pero de pronto las máquinas impiesan a sonar, y se pueden ver de un latido de un corazón

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