El que dio la vida por ella.

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6 meses atrás.



Una reunión como cualquier otra.



Una reunión como cualquiera una tarde de viernes a última maldita hora por la irresponsabilidad de otros. Aborrezco la gente impuntual e irresponsable. No es solo su maldito tiempo en que queda en juego, sino que también el de los 19 miembros de esta mesa redonda para ver las proyecciones de la cadena hotelera para la próxima temporada alta. Algo muy importante debería ser un lunes a primera hora, no en estos momentos.



Pero qué va, menos mal fue más rápido de lo que esperaba.



—Entonces, quedamos en eso. —Mencioné levantándome de mi silla y cerrando también mi laptop, que ya pedía a gritos una carga rápida cuando llegara a mi habitación.



Los otros 19 idiotas aún no se levantaban, todos aún estaban sentados y en silencio. Claro, ellos no arreglan nada hasta que yo me retiro de la sala de conferencias... honestamente, a veces era como si hablara conmigo mismo. Menos mal que uno de ellos asintió y me respondió:


—Sí, señor. Enviaré los datos de las licitaciones para construir en cuanto antes el nuevo hotel Ackerman en EAU.


—Gracias Gunther, te lo encargo. Eres el único que vino con ganas de trabajar a estas horas gracias a que cierta persona tuvo un "accidente" y no trajo el informe que pedí.


—M-Mi auto se quedó varado en la gran avenida y perdí mi folio, señor... cómo lo siento.


—Auruo, quiero tu informe de la comisión de turismo para el lunes a las 7:30 de la mañana.



Esa sería mi venganza para él. Aunque le he dado "castigos" peores, pero no me siento con ganas de pasar otro mal rato por el momento.



Más de 10 años con las mismas personas, normalmente mantendría una relación más amena con ellos, pero simplemente... no dejo que nadie se me acerque.




Nadie excepto una persona.


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"—... Sí, capitán. "



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¿Eh?




Mi cabeza de repente comenzó a punzar a los segundos después de creer haber escuchado tales palabras, que resonaron como un eco entre mis oídos, estando en un auditorio. Nunca había tenido aquel dolor de cabeza que iba a la parte izquierda de mi cráneo y se desplazaba a toda mi cabeza, hasta mi nuca. Nunca.



Ni siquiera había terminado de cerrar mi maleta y mi mirada se dirigió a él. Su cara de asustado a más no poder había desaparecido, porque ahora estaba con ligera sonrisa, demasiado gentil para mi gusto.



Una que nunca había visto en él desde los años que lo conozco. Estaba pensando seriamente que él esperaba que me diera este "ataque", pero sería muy paranoico de mi parte, aunque claro, la confianza no parte de mi rutina diaria ni de mi salud emocional.



Cerré mis ojos desesperada, mi cuerpo no respondía a mis deseos de moverme y salir de ahí lo más rápido posible, más bien se quedaba intacto, en algún minuto mis piernas me fallarían y al piso caería. Ojalá hubiese pasado eso, pero fue mucho peor.

Reencarnación | LevixReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora