Impulso (in)necesario.

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Tres días faltaban para el último evento para darle la bienvenida a la temporada estival. La logística estaba lista, el salón estaba en sus últimos detalles y todo estaba preparado, desde el buffet premium hasta las estatuillas de premio que se entregarían durante la ceremonia. El personal ya estaba al tanto de sus obligaciones en la velada, así como Hange y yo estábamos informadas de qué hacer ante cualquier eventualidad fuera de nuestras expectativas.



Podría decirse que las cosas marchaban tan bien y tan lento como se esperaba. Había pasado un tiempo desde que pudimos ver a Levi, quien, desde que tuvo esa "recaída", no ha vuelto en sí completamente, al menos como lo podíamos conocer. Me preocupaba en demasía, y se me hizo notar con mi ceño fruncido mientras tecleaba con total agresividad, sin saber de lleno en qué estaba tan ocupada; Hange colocó la parte trasera de su lápiz entre ese pliegue entre mis cejas, sacándome de mis pensamientos.



—Si haces un pliegue más en ese rostro, destrozarás el bonito maquillaje que traes. —Dice mientras hunde más el lápiz. Yo, con una carcajada la separé lentamente para mirarla, un poco más relajada.



—Lo siento. Es que... ha sido mucho trabajo.



—No me mientas, el trabajo es de lo que menos nos preocupamos porque ya tenemos todo listo.—Hace un movimiento con su mano, reflejando la menor importancia sobre ello. Luego, su semblante se vuelve un tanto serio, mientras también trabajaba en su computadora. — Levi no ha vuelto en sí. ¿Lo notaste y por eso estás preocupada, verdad?



Asentí. Estaba claro que a ella era la persona a la que no podría mentirle.



—Lo sé. Yo también lo tengo en mente después de que lo vimos en su oficina. Hay algunas cosas que no me cuadran, o al menos las teorías que he hecho sobre esto no han sido correctas.



—¿Es verdad que no es la primera memoria que llega?



—No, las tuvo hace un tiempo, pero no puedo deducir que fue al mismo tiempo que tú, por lo que puede ser instantáneo, como también en los momentos, son aleatorios, no hay un orden en el contenido de estas memorias. Creí que con Erwin aparecerían más seguido, pero solo hace unas semanas tuvo una bastante fuerte. Tampoco sabemos qué fue lo que recordó. En conclusión...



—No tenemos nada.



—Maldito enano. —Gruñó ella antes de que llamaran al teléfono. — Hotel Ackerman buenos días, habla Hange.



Al ver que contestaba, me levanté lentamente para ir por unos documentos en la pequeña bodega que estaba detrás del mostrador, aquellos que utilizaba para refrescar mi memoria actual con respecto al trabajo, pensando que así, me concentraría más. Pero no fue así, miré a la nada y sentí un calor que estaba atravesando todo mi cuerpo.



¿Cómo es que no hemos podido avanzar nada desde aquella vez? No quería volver a cuestionarme la vida entera, pero sí era frustrante que haya pasado eso y luego ni siquiera verlo salir de su oficina. También era frustrante que justamente ocurriese en medio de algo importante, que a días del evento, estuviese más ocupado que nunca. Tal vez me estaba ahogando en un vaso con agua, pero no ver a Levi en serio me estaba poniendo muy paranoica.



—¡_________! Ven, necesito tu ayuda.



Me acerqué a la recepción y vi una bandeja con una taza de té. Enarqué una ceja, porque estaba junto a mi espacio.


—No sabía que te gustaba tanto lo refinado, Hange.



—Muy graciosa. Sé la linda chica que eres y llévale esto a Levi.

Reencarnación | LevixReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora