veintitrés.

277 36 1
                                    

Dos meses después

Hwang Hyunjin

Después de un tiempo, la vida volvía a sonreírnos. Me gustaba ir a trabajar, disfrutaba pasar tiempo en el café con los clientes y mis compañeros de trabajo, apenas tenía tiempo de pensar en otra cosa que no fuesen el hoy. O mañana como mucho. No llegaba a extrañar mucho mi vida anterior, con mis amigos, y mi familia. Si no trabajaba, estaba estudiando o con Jeongin.
Él era un pequeño dolor de cabeza y me encantaba; todos los días eran una aventura y nunca sabías lo que podía pasar.

Quizás todos tenemos un ángel guardián. Y de ser así, Yang era el mío.

Sin embargo, entre las cosas buenas, había una mala. Y esa mala era muy molesta y dolorosa. Apenas podía ver a Jeongin. Él trabajaba demasiado, podía considerarse una exageración. Paseaba por todo la ciudad armando pedidos en distintas jugueterías y quioscos de variedades, a veces tenía que quedarse armando las cuentas de lo que gastaba su lugar de trabajo y volvía a casa muy tarde.

Era de verdad molesto, sentir que Yang hacía tanto por ambos y yo seguía sintiendo que faltaba algo.

Y eso que me faltaba, era él. No tenía mi motorcito diario, mi bebé meloso y molesto. No tenía quien abrazar cuando me iba a dormir, nadie a quien mimar cuando llegaba del trabajo, y nadie con quien hablar mientras comía. Jeongin estaba muy ocupado como para poder estar más tiempo en casa, y aunque lo extrañaba demasiado, no quería entrometerme en su trabajo, porque bien sabía que lo hacía por nosotros.

Una noche me quedé despierto esperándolo; de verdad necesitaba mimos y besos. Necesitaba a nini. Lo escuché llegar cerca de las once. Dejó caer su mochila sobre el piso sin cuidado, nunca era muy cuidadoso.

Entró a la habitación despacio, procurando no hacer el más mínimo ruido.

—No te preocupes, bebé. Estoy despierto—susurré levantándome de la cama para sentarme.

Jeongin terminó de abrir la puerta y se sentó a mi lado, se notaba preocupado.

—¿Por qué no estás durmiendo, Jinnie? Es tarde y mañana nos despertamos tempranito.

—Ya sé, pero quería estar con vos.

Jeongin no dijo nada más y me abrazó. Solo eso.

—Perdón—su aliento tibio golpeaba contra mi cuello.

—Lo haces por los dos, te esforzás mucho, bebé. Ya no puedo cuidarte porque apenas nos cruzamos.

Nini rió por lo bajo, como hace cuando no sabe que decir. Le dí un beso y le pedí que me abrace para dormir, hacía mucho que no podíamos abrazarnos.

Historia de: 3fachas

volví, con un solo capítulo pero volví.

publicado:16/10/19
editado:17/8/22

Roma  ❥ HyunIn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora