🐾Capítulo 7

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Jimin gimió, sintiéndose como una presa ante la mirada del alfa. Yoongi le observaba hambriento, recorriendo cada parte de su cuerpo desnudo con lujuria.

Pero Yoongi simplemente no podía dejar de mirarlo, Jimin era perfecto, todo lo que siempre quiso. Había añorado tanto tener una pareja, y ahora lo tenía frente a él, muy desnudo y dispuesto.

—Yoongi~... —gimió el omega, queriendo que el alfa hiciera algo más además de mirarlo como si se lo fuera a comer lentamente para disfrutar de su dulce sabor.

El dragón sonrió y por fin se acercó a la cama, sentándose entre los muslos abiertos del conejito, con sus manos los recorrió lentamente, logrando que Jimin soltara un suspiro-gemido ansioso, sintiendo calor en cada parte que tocaba.

Aquellas grandes manos siguieron subiendo lentamente hasta el abdomen bajo, ignorando totalmente el despierto miembro, ese sería su postre para después, primero quería explorar cada exquisita piel expuesta ante él.

Jimin arqueó su espalda cuando aquellas grandes manos masculinas subieron por su cintura, deteniéndose sobre sus pequeños pezones marrón rojizo totalmente despiertos ante las caricias.

Yoongi sonrió y alejó su mano derecha, acercó su rostro y lamió aquel tierno pezón, bordeándolo y succionando. Disfrutando de los pequeños gemidos entrecortados del menor quien se arqueaba acercándose más a aquella boca.

El alfa plantó un beso en el pezón y subió con besos húmedos por el cuello, quedándose bajo el oído y detrás de la mandíbula.

Las manos de Jimin se movieron por sí sola, rodeando el cuerpo de Yoongi lo atrajo más a su cuerpo, logrando que ambas erecciones desnudas se juntaran.

Estaba tan tentado a mover sus caderas, que lo hizo, y con ellos se ganó un gemido ronco que le provocó una sonrisita. Podía decir fácilmente que ese sería su sonido favorito de ahora en adelante.

El alfa alejó su rostro de su escondite y atacó la dulce boquita de su conejo con hambre, devorando completamente al pequeño hombre bajo suyo.

Era un beso apasionado y desenfrenado, mostrando cuánto había deseado aquel momento, donde tenía bajo suyo al menor listo y dispuesto para hacerle el amor, para unirse y jugar sus vidas.

Jimin intentó apartarse cuando el aire comenzó a faltar en sus pulmones, tuvo que golpear suavemente la espalda del alfa para lograrlo. Su pecho subía y bajaba rápidamente cuando Yoongi le concedió un poco de espacio, tenía una pequeña sonrisa socarrona mientras plantaba un beso esta vez un poco más suave antes de volver a atacarlo con fuerza.

El gemido del rubio quedó atrapado en la boca del contrario cuando el alfa bajo una de sus manos entre sus cuerpos y agarró ambos miembros, comenzando a bombear de arriba a abajo, repetidamente.

—Yoon~... —jadeo el omega cuando su boca se vio libre—. ¡No! ¡No te alejes! —chillo abriendo sus ojos.

El shifter dragón sonrió mientras se enderezaba—. No te preocupes conejito, esto recién empieza.

Con esa promesa, se levantó de la cama en busca del lubricante que había escondido en su chaqueta, lo había conseguido antes de volver a casa con el deseo de usarlo en un futuro próximo, el cual no imaginó que sería esa misma noche pero estaba bastante satisfecho con ello.

Un poderoso deseo rugió dentro de él al volver a la cama, con un expectante conejito que no le quitaba sus ojos de encima, recorriendo lentamente cada parte de su cuerpo desnuda con poderosa lujuria y pasión.

Jimin mordió su labio inferior y gimió sin inhibición, importándole poco lo raro que sonaba a sus oídos.

¡Manzanas rojas! Él quería tanto a ese hombre que dolía.

Cálido InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora