🐾Capítulo 20

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Jimin frunció el ceño y apretó sus ojos antes de finalmente subir sus párpados con pesar.

Un poco desorientado movió su nariz reconociendo el aroma, giró su cabeza observando a su alrededor.

Estaba en casa.

—Hola conejito —pronunció Yoongi observando al pequeño animal acurrucado en el centro de su desnudo pecho.

En un segundo, el conejito no estaba y en cambio había un hermoso hombre rubio blanquecino completamente desnudo.

—¡Yoonie! ¿Estás bien? —preguntó observándolo con ojos preocupado.

—¿Me preguntas a mí? Tú fuiste quien resultó herido —señalo con amargor.

Jimin le contempló adorablemente confuso, inclinando su cabeza y provocando que sus peludas orejitas caídas se movieran al igual que su cabello, volvió a observar a su alrededor y luego a su pareja.

—¿Cómo llegué aquí? —pregunto con ojos enormes.

Recordaba a Jungkook limpiando la herida de su mano, luego haber cambiado para sanar rápidamente del corte y así ir con su pareja, y... Tal vez acomodarse más cerca de Hoseok... Y después...

Ah, se quedó dormido.

No había pensado que eso podría pasar.

Yoongi resopló sin poder contener su sonrisa, alzó su mano acariciando la rellena y suave mejilla de su pareja quien inmediatamente giró su rostro recargándose en su tacto.

—Llegué a la cabaña de Jungkook, pero ya habías cambiado y no te quería despertar.

El omega torció sus labios al recordar cómo había ocurrido todo en primer lugar.

Observó su mano y frunció el ceño al ver aún el corte en su palma, solo había cerrado brevemente, incluso el dolor punzante en su muñeca persistía, aunque solo en una molestia al moverla.

—¿Cuánto tiempo estuve así?

—Ya anocheció —respondió el alfa y luego frunció el ceño al contemplar también la herida—. Pensé que ya estarías bien.

Jimin se encogió de hombros sin saber qué responder, él también lo había pensado.

—Cuando me encontraste también me demoré en sanar completamente —le recordó deseando quitar la preocupación en la mirada del dragón.

—Entonces cambia de nuevo —pidió.

Jimin negó con su cabeza, no era un dolor grave lo que sentía y él realmente necesitaba saber qué estaba sucediendo y qué había perturbado a su pareja.

—Quiero saber qué fue lo que te sucedía —exigió volviendo a apoyar su cabeza en el pecho del contrario—. Mientras hablaba con el hombre Santa, mi pecho dolió y pude percibir que algo te molestaba —explicó.

Yoongi suspiro volviendo a rodear a su pequeña pareja desnuda con sus brazos, entrelazando sus dedos dejó descansar sus manos en la espalda del menor, bajo la delgada cobija, teniendo cuidado de no tocar la pomposa colita.

El delicioso cuerpo desnudo de su pareja le estaba distrayendo, tuvo que esforzarse en recordar la pregunta.

—Cuando estuviste hablando con los demás, ¿alguien te trató diferente? —preguntó con cuidado.

—Sí —asintió haciendo memoria—. Algunos me miraban extraños pero la mayoría me sonreía y me pedía ayuda para decorar su árbol y casa. ¿Pero eso qué tiene que ver con lo que te pasó a ti?

Cálido InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora