🐾Capítulo 2

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Yoongi aún no podía creer el pequeño cuerpo que sostenía contra su pecho bajo su chaqueta.

Habían tenido la intención de avisar a la Línea Alpha que dieran una vuelta en el lago, pero algo lo había llamado y cuando se dio cuenta, ya se encontraba ahí... Esperando sin saber qué, hasta que apareció.

Aquel pequeño chico al medio del gran lago le sorprendió enormemente, sus pequeños ojitos eran asustados, casi aterrados. Se veía tan pequeño que había removido algo en su interior con fuerza.

Proteger.

Luego los lobos habían hecho acto de presencia y pronto descubrió que el pequeño chico huía de ellos, antes de que pudiera hacer algo, el chico había desaparecido y seguido un pequeño punto de color blanco puro que perfectamente se podía confundir con la nieve corría sobre el hielo.

—Falta poco —susurro al pequeño cuerpo.

Sabía que los cambiaformas conejos existían al igual que otros, pero nunca había sido capaz de ver alguno más que los sucios lobos ya que nunca salía de su territorio, pero sinceramente se los imaginaba más grande. El pequeño que sostenía contra él no podía ser más grande que su mano.

Realmente eran pequeños y suaves.

Abrió la puerta de su cabaña y la cerró rápidamente para que el frío no se colara en el interior. Sin soltar el pequeño cuerpo contra su pecho, caminó alrededor de su casa buscando una gruesa manta que sacó de su habitación, la dejó en su sala sobre el sofá.

Se agachó frente su chimenea, la relleno con un poco de leña y aspiro profundamente, cerró sus ojos concentrándose y libero un poco a su dragón, permitiendo exhalar fuego que encendió totalmente la leña en el interior.

Yoongi se sentó sobre la felpuda alfombra frente a la chimenea y se dio media vuelta estirando su brazo hacia atrás, entonces tomó la gruesa manta dejándola sobre su regazo.

Finalmente, con cuidado bajó al pequeño animal.

—Necesito que cambies para que te puedas calentar bien —pronunció empleando un tono suave y tranquilo, el más suave que poseía—. Tengo una manta para que te tapes y abrigues.

Lo dejó sobre su regazo y esperó expectante, quería ver de nuevo al chico para detallar bien su rostro.

Pero Jimin no cambió, pronto se dio cuenta de que el pequeño conejo estaba inconsciente.

Aun preocupado, el alfa lo cubrió con la manta y se acercó más al fuego, buscando calentar el pequeño cuerpo inconsciente.

Jimin despertó gimiendo al ser separado de su fuente de calor, aun con dolor en su cuerpo intentó mover sus brazos y aferrarse a ella

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Jimin despertó gimiendo al ser separado de su fuente de calor, aun con dolor en su cuerpo intentó mover sus brazos y aferrarse a ella.

—Shh conejito, ya vuelvo... —susurro aquella deliciosa voz grave.

Cálido InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora