Cálido Invierno

🐾Capítulo 25

Era una agradable mañana para este conejito, quién había despertado con muchos mimos por parte de su gran alfa. Yoongi incluso se había encargado de alimentarlo entremedio de besos antes de retirarse de la cabaña.

El omega estimaba que su pareja estaría afuera por un par de horas antes de volver a casa y estar a su lado, así había sido desde que el lobo lo había lastimado.

Yoongi parecía no querer quitarle los ojos de encima y para comprobar que estaba bien y sano, Jimin no tenía ningún problema con ello tampoco, al menos por el momento ya que conejito seguía nervioso por los recientes acontecimientos.

Su segundo par de orejitas, las peludas, se movieron capturando un sonido incluso antes de que golpearan la puerta.

Sonriendo, se levantó del sofá y se preguntó a quién había enviado su pareja para que le hiciera compañía mientras él no estaba a su lado.

Anteriormente había sido el tu no de Namjoon y antes había sido Jungkook.

Un sonriente y bien abrigado Taehyung junto a su hijo estaba del otro lado de la puerta. Inmediatamente el pequeño rubio se corrió para permitir a su amigo ingresar a su cálido hogar.

—¡Fuego! —chillo Taehyung rápidamente acercándose a la chimenea para entrar en calor junto a su bebé.

—¿Tanto frío hace afuera? —pregunto el rubio acercándose a la ventana para echar un vistazo.

Hace semanas que ya no nevaba, de hecho la última nevada fuerte había sido pocos días después de que su gran dragón lo encontrara y le rescatara.

—Solo está corriendo una ventisca helada, anunciando que pronto cambiará de estación —aseguró el pelirrojo, conociendo ya las señales que enviaba la tierra en la que vivía.

—Si tenías frío debiste de volver a casa con Hobi —regaño Jimin, tomado asiento al lado de su amigo—. Puedo estar solo hasta que Yoongi vuelva —aseguró y tomó al bebé entre sus brazos cuando este estiró su cuerpo en su dirección.

De forma sorpresiva, Hoseok cambió a un pequeño zorrito sobre el regazo de Jimin, quien no dudó en acariciarlo con ternura después de ayudarle a salir de sus prendas.

—De todas formas tenía que salir de la casa —dijo con tanto entusiasmo en su tono que llamó la atención del rubio omega.

Dejando que Hobi bajara, Jimin contempló curioso a su amigo, esperando que hablara.

—Desde hace unos días que estoy de niñera, cuidando de los niños más pequeños de aquí.

Jimin chillo alegre, tentado a tirarse encima de su amigo pero el punzante dolor que sintió en su antebrazo derecho le recordó que aún no sanaba completamente.

—¿En serio? —pregunto con entusiasmo, ambos vigilantes de que Hoseok en su forma zorrito no se acercara a la chimenea mientras exploraba tentativamente la cabaña.

—Sí —sonríe—. Fue inmediatamente después de que te lastimaras, el líder Min dijo que no quería que más niños se escaparan —explicó.

—¿Líder Min? —arqueó una ceja.

—Ah —rasca su nuca—. Me di cuenta de que si le llamo así en público estos me tratan mejor.

—¿Antes te trataban mal? —pregunto preocupado el conejito.

—No —exclamó sorprendido.

Jimin junto sus cejas e inclinó levemente su cabeza—. ¿Entonces?