Capítulo 14: Amnesia.

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¿Dónde estaba?

Un dolor dominó su cabeza por completó. Apretó los ojos, respirando profundamente para poder controlar esa sensación de ansiedad ante el malestar.

¿Dónde estaba?

¿Qué día era?

¿En qué parte de Mobius se encontraba?

¿Ella que hacía?

¿Quién era?

Se sentía pérdida.

La cabeza todavía le daba vueltas cuando se levantó con cuidado, sentándose en la comodidad del colchón. Suspiró, y parpadeó un par de veces. Afuera, el sol comenzaba a asomarse sobre las copas de los árboles.

Una punzada se instaló ahora en su nuca. Jadeó, tratando de comprender la simple razón de aquel malestar. ¿Qué había hecho la noche anterior? ¿Estaba enferma?

El chirrido de unas aves cerca le aturdió los oídos. —Ayuda— Pidió, cerrando los ojos con fuerza, llevando sus manos para tapar sus orejas. Era horrible, insoportable, que esas aves se fueran pronto.

Comenzó a llorar. —Ayuda— Volvió a llamar, está vez más suave, más lastimero.

Entonces, el mundo dejó de hablar cuando unos brazos la cubrieron. Una extraña paz se instaló en su cabeza, y pudo respirar tranquilamente. Reguló su respiración, agradeciendo mentalmente a la persona que ahora mismo estaba ahí para ella.

—¿Estás bien, Amy?— Habló la voz; profunda, suave, titubeante. ¿Ella era Amy?

—Me siento... bien— Respondió, parpadeando un par de veces más. Alzó la cabeza, tratando de enfocar su vista hacía el rostro de quién le había ayudado. —No logró verte...—

—¿No logras verme?— Preguntó. Ahora, sintió como la persona le tomaba del rostro con cuidado. —Amy, ¿te sientes muy mal?, Espera, puedo ir a buscar a Tails—

¿Quién era Tails? y ¿quién era la persona que tenía enfrente?

Aún así, ignorando ese simple hecho, asintió despacio. Llevó sus manos temblorosas a su rostro, cubriendo sus ojos durante unos segundos, mismos segundos en los que sintió cómo el peso de un cuerpo que no era el suyo abandonar la cama, y luego, escuchar unos pasos abandonar la habitación.

¿Quién le había ayudado?

Cuando pasaron unos minutos, quitó sus manos de sus ojos. Ahora veía con un poco más de claridad. La cabeza todavía le daba vueltas, pero podía soportarlo. Inhaló y exhaló un par de veces, antes de levantarse e ir al baño. Sí  la persona que había entrado antes llegaría con alguien más, lo mejor sería verse presentable.

Se lavó la cara y los dientes. Apenas sí pudo sujetar el cepillo y pasarlo por sus púas; no insistió más cuando sintió la punzada en su nuca hacerse más fuerte. Se sacó su pijama, y se colocó un sencillo vestido blanco con flores rosas, algo fresco y ligero. No se sentía con las fuerzas suficientes para seguir de pie y tampoco quería explorar ese lugar tan extraño.

Así que sólo se sentó en el pequeño sofá que había en la habitación. Esperaría a... quién fuese la persona que le había ayudado.

—Buenos días, Amy— Una voz mucho más suave y relajada habló. Era un zorrito amarillo, era lo único que podía identificar con claridad; todavía veía borroso, por Caos. —Vine porque Sonic me dijo que parecías sentirte mal, ¿qué es lo que sientes?—

Parpadeó varias veces.

¿Quién era Sonic?

Apenas si pudo identificar que el zorrito —mucho más bajito que ella— se sentaba en una silla frente suyo, y alguien, parecía ser un erizo, sí, de un brillante azul, se sentaba en la orilla de la cama.

Sonamy [Boom]- Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora