Caminaba con Jack a la salida del instituto, no decían nada, toda la semana había estado de un malhumor extraño, la razón tenía nombre, apellido, cabello rojo, ojos azules y pecas.
Cómo si la hubiera invocado, un grito se escuchó por el pasillo-Finn.
Pense en mil excusas, pero había sido suficiente, tenían que hablar con Sadie, no podía estar evitandola por siempre.
-Nos vemos en unos momentos Jack- dijo y este se fue. Sadie pronto estaba conmigo, con la respiración un poco agitada, y sus mejillas sonrojadas por correr.
-Sadie.- ella no dijo nada en la esperan que continuará.
-¿Eso es todo? Me has enviado por días y todo lo que dices es "Sadie" -estaba apunto de decir algo, pero no me dejó.- Sabes que ustedes los chicos son unos idiotas.
-¿Yo soy un idiota? - dije con molestia
-Si tu, no sé ni para que vine a hablar contigo.- eso dolió.
-Bueno si no lo sabes vete, vete con Aidan, no sé para qué pierdes el tiempo conmigo.
-¿Qué demonios tiene que ver Aidan en todo esto?
-No lo sé tú dime, ¿Cómo puedes regresar con él? Si te hubieras visto llorar, estaría igual de resentida que yo.
-Yo no regresé con él - ¿Qué?
-Los ví en centro comercial, abrazados, no tienes que mentirme Sadie, somos amigos.
-No te estoy mintiendo, el quería hablar conmigo, terminar las cosas bien.
Me sentí tan avergonzado en ese momento, me había enojado con Sadie por nada.
-Lo siento, en verdad lo siento, no quise, es que estaba ahí, los vi abrazados me hice mil ideas, y recordé el día que terminaron, odie verte llorar.
-Repito, eres un idiota Wolfhard.- dijo con un tono divertido.