Salimos de la escuela, Finn fue por su bici, y pronto se reunió conmigo de nuevo.
Caminamos hacia mi casa en silencio, Finn no había vuelto a preguntar nada, sin embargo, se notaba que estaba preocupado, lo cual me pareció tierno.
-¿Quieres ir a tomar algo? - pregunté.
-Claro, ¿A dónde quieres ir?
-Solo sígueme.
Llegamos a un pequeño parque, el cual a su alrededor tenía diversos locales, entre ellos una cafetería. Le señale la cafetería y fuimos hacia ella. Finn encadenó su bici en la entrada, para luego ambos entrar.
Nos sentamos en una mesa hasta el fondo, el lugar era muy lindo, era muy tenue y cálido.
-Me gusta.-dijo Finn observándo la cafetería.
-Vengo muy seguido, normalmente sola, me ayuda a pensar.
Un camarero se nos acercó, anoto nuestra orden y se fue. Entre Finn y yo se había creado un silencio incómodo, y estar frente a frente no ayudaba. Me tomé el atrevimiento de observarlo detenidamente, como jugaba con sus manos, como lamía su labio, sus pecas, por un momento olvidé porque estaba triste.
El camarero trajo nuestras bebidas, lo cual me hizo salir de mi trance.
Le di un sorbo a mí té.- Aidan término conmigo.
-¿Qué?
-Termino conmigo por teléfono. Por teléfono, porque no tuvo la poca decencia de hacerlo en persona, después de un año y par de meses, no merezco una llamada telefónica para saber que lo nuestro término.
-¿Y te dijo porqué?
-Dijo que ya no de sentía igual, que las cosas no estaban funcionando.- hice una pausa.- habíamos tenido problemas como toda pareja, pero no para que terminaramos.
-Creo que es un idiota, digo no te sales del juego a la primera que las cosas no salen como quieres.- dudo un poco.- si yo saliera con una chica como tú, haría todo para que las cosas funcionen.
