-Así que, Callie habla mucho de mí-comenté una vez que la chica de cabello pelirrojo y yo nos separamos del abrazo. Por cierto, aún no sabía su nombre.
Ella asintió sonriente. Al parecer, Callie tiene amigas igual de alegres que ella.
-Así es, habla mucho de tí, a decir verdad. No es un día completo si ella no te menciona, o no relaciona algo contigo, es entonces cuando apareces como tema de conversación y no para en horas-contó riendo y mirando hacia los alrededores, supongo que buscaba a Callie.
Sonreí de nuevo para mis adentros.
-Eso es genial, porque, ya sabes…me gusta-admití mordiendo mi labio al decirlo. Era la primera vez que le confiaba esto a una desconocida no tan desconocida y además a una amiga de la chica que me gusta.
-Tú también le gustas-soltó así sin más, como si realmente no fuera algo importante, aunque, puede que para ella no fuera gran cosa, pero, al menos para mí sí lo era. Mis ojos se abrieron de golpe al escuchar eso.
-¿En…en serio?-tartamudeé. Ahora mismo tenía miles de preguntas en mi cabeza y necesitaba respuestas. Nada más y nada menos que respuestas.
-Sí-afirmó balanceándose sobre sus talones.
-¿Desde cuándo?-le cuestioné con algo de esperanzas.
-Hace unos meses-confesó.
Y así estuvimos conversando animadamente hasta que la campana nos interrumpió y tuvimos que regresar a clases. Una vez que entré al aula de historia me senté al lado de Calum y lo abracé fuerte, demasiado fuerte diría yo.
-¿Se puede saber qué te sucede?-preguntó mirándome extrañado-tú nunca estás así de feliz-añadió cuando al fin lo solté dejándole respirar.
-¡Le gusto! ¡yo le gusto!-fué lo único que pude decir en ese instante.
-¿Qué?-preguntó anonanado.
-¡Le gusto a Callie!-confesé casi gritando como una chica hormonal.
-¿Quién te lo dijo?-cuestionó de nuevo el moreno.
-Una amiga suya, tropecé con ella-le conté cuando al fin me calme.
-¡Felicidades! ¿cuándo le invitarás a salir?-preguntó pícaramente mientras me codeaba.
-Realmente no lo sé, supongo que dentro de una semana o cuando la vea-pensé en voz alta.
-No esperes a una semana, es mejor que cuando la veas vayas y digas "Hey, sal con Michael Clifford"-dijo mientras hacía una pésima imitación de mi voz y me guiñaba el ojo, esto sí que era raro.
Reí.
-No la invitaré a salir así, definitivamente no-volví a reír.
-Sólo era una sugerencia-se encogió en hombros-crecen tan rápido-Calum colocó su mano en mi hombro y fingió llorar.
-Algo-me encogí en hombros riendo.
-Y se les cae más el cabello-comentó y fingió sollozar.
-Deja mi cabello, me gusta así-me quejé.
-Te quedarás calvo-afirmó.
-Gracias, Calum vidente-contesté con ironía.
-Recuerda consultar mis horóscopos diarios en www.calumvidente.com-dijo con voz de comercial. Ambos nos echamos a reír.
(***)
-Bien, sólo tienes que tocar el timbre-me dije a mí mismo y suspiré por enésima vez.
Hace más de media hora que estoy de pie frente a la casa de Callie y no he tenido ningún avance más que decidir ir a su casa para invitarla a salir. No me he animado a tocar el timbre, pero, es que ella me pone tan nervioso hasta el punto de pensar que llego a actuar como estúpido frente a ella o simplemente demostrar más que me gusta. Y si no supiese lo que Megan-sí, así se llama-me dijo hace horas atrás no estuviese aquí, de pie y luchando conmigo mismo para animarme a pedirle una cita. Pero, diablos. ¿A dónde se supone que debería llevarla? A ella le gusta la naturaleza. Bien, eso lo improvisaré en cuanto me diga la respuesta.
«Es obvio que aceptará»
Cállate.
«Sólo toca el maldito timbre»
Bien, tienes razón.
«Yo siempre tengo razón»
Ahora eres egocéntrico ¿no es así?
En fin, obligué a mis piernas para que caminaran de nuevo hacia la puerta de Callie, levanté mi mano que, estaba temblorosa y toqué el timbre. Suspiré aliviado, después de todo no fue tan difícil cómo pensaba.
La puerta se abrió mostrando a una Callie vestida con una camiseta de Green Day y unos shorts que, aunque suene pervertido, le quedaban muy bien. No sólo por el hecho de que sus piernas quedaran al descubierto, si no, por que, para mí ella se veía perfecta con cualquier cosa que se pusiese.
-Hola-saludó ella mostrándome una sonrisa. Esa sonrisa que iluminaba mis días más tristes.
-Hey-contesté sonriendo de la misma manera que ella lo hacía.
-¿A qué se debe tu visita?-preguntó apoyando su espalda en el umbral de una puerta aún con esa sonrisa que siempre llevaba consigo.
Suspiré para mis adentros.
-Eh…yo…bueno…-rasqué mi nuca nervioso tratando de encontrar las palabras adecuadas-¿te gustaría salir conmigo?-confesé sin rodeos.
Su sonrisa se hizo aún más grande y sus mejillas se tornaron de color rojo.
-Me encantaría-contestó.
-Paso por tí a las 5-le respondí mientras tomaba su mano. Ella entrelanzó nuestros dedos, y yo le hacía pequeñas caricias con mi pulgar.
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You're The Only Reason |Michael Clifford|
Fanfic"Tú eres la única razón, tú eres mi única razón."