Arthur Pendragon is The type of...

~A~

Arthur es el tipo de...

Es el tipo de persona sumamente obstinada.
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Era un día como cualquier otro en el reino de Camelot.

Tu como una de las siervas del rey Arthur te encontrabas haciendo las laboras que te correspondían.

-Tn-chan ya que haz terminado aquí, podrías ir a limpiar la biblioteca, por favor.

-Claro, enseguida.

Con tus utensilios de limpieza a la mano, te dirigirse en camino a la biblioteca con una sonrisa radiante, esa que tanto te caracteriza.

Al llegar, abriste las ventanas y dejaste que el olor a humedad y polvo saliera.

Empezaste por sacudir el polvo de las estanterías.

Después, seria barrer el piso y por ultimo le pasaría un paño, levemente humedecido, a todo.

Ese era el plan.

Tomaste un banco y lo utilizaste para alcanzar la parte mas alta de los libreros.

Mientras sacudidas el polvo, alguien abrió la puerta a tus espaldas.

-Disculpe pero en estos momentos, la habitación esta siendo limpiada. Debe retirarse, por favor- estabas tan concentrada en acabar de limpiar que ni siquiera volteaste a mirar quien había irrumpido en la habitación.

-Lo lamento, solo vine a buscar un libro. Sera rápido- dijo aquella persona, la cual reconocisteis una vez que te decidiste a voltear.

-Rey Arthur?!- te asustaste al ver que se trataba de él.

Por el repentino movimiento, el banco en el que estabas subida comenzó a tambalearse haciéndote perder el equilibrio.

Trataste de sostenerte del librero, pero todo fue a peor.

Resvalaste hacia atras, jalando el librero y causando que este casi te aplastara.

Suerte que Arthur estaba ahí para salvarte.

Él había detenido el librero, pero por desgracia tu ya habías caído el suelo.

-Ese fue un gran susto. Te encuentras bien?- preguntó con genuina preocupación.

No querías eso, no querías que por un error tuyo el rey se preocupara sin razón.

-Ah, si! Estoy bien- dijiste mientras te levantabas, al instante sentiste una punzada en el tobillo.

-No pareces estar bien- te dijo una vez que coloco el librero en su lugar- vamos, te llevaré a que te revisen.

-No! Yo estoy bien- eras terca- debo terminar de limpiar aquí, así que si me disculpa.

Estabas realmente nerviosa por su presencia y eso te incomodaba.

Ibas a agacharte a recoger los libros que se habían caído, pero el movimiento solo te hizo soltar un quejido.

Aun así, seguiste con lo tuyo, bajo la atenta mirada de Arthur.

-Que chica tan obstinada- dijo mientras suspiraba- pero yo también puedo ser lo.

Te levanto, tratando de no herir tu pie, y te cargo como toda una princesa.

-Espere, su majestad! Que esta haciendo, bajeme!

-No te Soltare hasta que veas a alguien que pueda atenderte- respondió con una sonrisa.

-Usted es demasiado terco!

-Tu me das razones para ser lo.

Quien diría que gracias a la insistencia de Merlín por aquel libro, él por fin podría hablar contigo sin formalidades.

Lo había deseado desde que te había visto pasar por uno de los pasillos del castillo.

Ser alguien obstinado tenia sus ventajas.