Capítulo 22

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Miré el reloj de la pared y noté la hora. Me levanté con rapidez y agradecí que Dexler se quedará con Alice. Ambos habían formado una conexión bastante especial, ella estaba recuperándose rápidamente y en unos días podria salir del hospital para al fin volver a su vida normal.

Entré a la casa y golpeé levemente la puerta del despacho de Harek sin embargo no hubo respuesta, volví a tocar y de nueva cuenta nada sucedió. Caminé hacia las escaleras dirigiendome a su cuarto y volví a tocar sin embargo tampoco hubo respuesta. Abrí la puerta lentamente y entré. No había nadie.

Me dirigí hacia el gran ventanal y miré hacia afuera, me senté en la cama mirando la habitación hasta que noté una pequeña nota sobre la mesita de noche.

«Camina hacia el lado norte del bosque»

Sonreí al verla y bajé las escaleras con rapidez saliendo de allí. Me adentré en él esta vez dirigiendome al lado contrario al que habia empezado a correr la noche del ataque, solo esperaba que nada ni nadie me atacara.

Seguí mi camino por el bosque guiandome por pequeñas marcas en los árboles. Caminé por unos minutos hasta que llegué a un gran llano. Este estaba cubierto de césped mientras todos los árboles lo rodeaban

Observé maravillada aquél lugar. Me acerqué al centro y sonreí emocionada al ver aquello, era un estanque natural.

—Son termas.

Me sobresalté al escuchar su masculina voz y volteé con lentitud. Su torso desnudo llamó mi atención de inmediato. Escuché su risa burlona mientras lo observaba. ¿Por qué le gustaba tanto provocarme?

Caminó hasta mi y tomó mi mano acariciándola lentamente, sus labios dejaron escapar una sonrisa coqueta mientras posicionaba mi mano sobre sus abdominales.

—Estás deseándolo.–me miró–

Su profunda voz lograba enloquecerme por completo y tenía razón, deseaba aquello. Mi mano empezó a subir por su abdomen dejando pequeñas caricias hasta llegar a su pecho. Podía sentir su mirada fija sobre mí mientras hacía aquello. Disfruté del momento y dirigí mis caricias esta vez hasta sus fuertes brazos. Toqué sus marcados músculos despacio mientras mi ser agradecía aquella oportunidad.

Su sexy voz se tornó mucho más profunda.

—Puedes rasguñarlos, cielo.

Reí ante su comentario y él prosiguió con aquella sensual voz que lo caracterizaba.

—Si tú lo haces –habló mientras quitaba mi cabello dejándolo caer en mi espalda– yo también puedo hacerlo.

Su mano tocó mi cuello con lentitud mientras sus ojos me miraban. Su mirada empezó a bajar junto con su mano hasta llegar al pequeño escote de la blusa. Jaló la tela en aquella zona dejando la curva de mis senos al descubierto.

Suspiré profundamente mientras lo veía hacer aquello.

Sus dedos se fueron hasta el valle de mis senos, me acarició con suavidad mientras sus ojos los miraban fijamente. El bralette le permitia tener una mejor vista, sus dedos se fueron hasta uno de ellos acariciándolo con lentitud.

Subió la mirada deteniéndose en mis labios y luego subió hasta mis ojos. Noté el color dorado de los suyos y una electricidad me recorrió por completo. Se alejó de mi y caminó hacia la terma.

¡MALDICIÓN!

Quitó su cinturón tirándolo a un lado, siguió con el pantalón y bajó la cremallera. El pantalón se abrió dejándome ver algo de su potente erección.

Bajé la mirada mientras reía.

—Ambos sabemos que quieres mirar.

Su voz burlona llenó mis oídos por completo, escuché sus pasos dirigiéndose nuevamente hacia mí y su dedo levantó mi barbilla haciendo que lo mirara.

—Eres jodidamente sexy, nena.

Volvió a repetir aquello mientras sus ojos me miraban directamente,
su voz estaba mantandome. Se acercó lentamente a mis labios y rozó los suyos contra los míos. Cerré los ojos y el tiró de mi mano posicionándola en su entrepierna, abrí los ojos bruscamente al sentirlo.

Escuché su risa burlona de nueva cuenta y pude sentir el tamaño de aquella erección. Él estaba a centímetros de mis labios, su respiración se profundizó mientras que nuestras bocas se tocaron lentamente para luego succionarse.

Uno de sus brazos rodeó mi cintura con fuerza, en cambio yo no quité la mano de ahí, no lo pensé más y la metí dentro de su pantalón dándome más espacio para sentir su miembro. mi mano lo recorrió sintiendo lo duro que estaba. Logré sentir el tamaño y el grosor que tenía, agradecí profundamente que fuera un Alpha.

Escuché el leve gruñido que se escapó de su gargata al quitar mi mano. Pude notar sus ojos, eran tan brillantes. Su voz era mucho más ronca mientras que su respiración había aumentado. Estaba complemente excitado.

Me miró detenidamente y me jaló hacia él, sus manos bajaron hasta mi jeans y quitó el botón para empezar a bajar la cremallera.

El calor de sus manos tocando la parte baja de mi vientre me haría perder el control.

—Basta –susurré–

Sus ojos me analizaron mientras que aquello no había sonado nada convincente. Caminó hacia la terma y terminó de quitar su pantalón quedando solo con el boxer, miré el tamaño de su erección y mi cuerpo se estremeció.

Se metió en la cálida agua sentándose y apoyó su espalda en el borde. Su mirada recorrió por completo todo mi cuerpo mientras que su profunda y excitante voz se daba paso.

—Desnúdate para mí. –ordenó–

HAREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora