Capitulo 25

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Entramos a la misma casa de reuniones en la que lo ví la primera vez junto a Dan sonreí al recordar aquello y noté la gran diferencia, esta vez nuestras manos estaban entrelazadas. Él acariciaba  lentamente mi mano con su pulgar tratado de tranquilizarme, era la primera vez que todas aquellas personas nos verían juntos e iba a ser raro para ellos. Ya lo era para mí pero me sentía totalmente cómoda a su lado y nada más importaba. Abrió la enorme puerta dejándome entrar primero, agradecí aquello y así lo hice.

Todas las miradas de las personas ahí adentro se voltearon a mirarnos detenidamente, vi la expresión de alegría en alguna de sus caras y la de pocos amigos en otras. Tomó mi mano y comenzamos a caminar, noté la poca importancia que Harek le daba a aquello mientras yo podía escuchar los murmuros de la gente; todo eso estaba colapsando mis nervios. Caminamos hacia una mesa en la cual había un señor mayor junto a un niño que supuse era su hijo.

Él se levantó y abrazó a Harek palmeando su espalda mientras sonreía y lo felicitaba, se alejaron y posó su mirada en mí.

—Me alegro de conocerte, Luna.

Sonreí amablemente y nos sentamos junto a ellos. Aquél apodo que se me hacía tan familiar y a la vez tan ajeno me invadió. Había crecido en una familia llena de licántropos donde todo esto era normal pero jamás asimilé el hecho de que podía pasarme a mi, jamás imaginé que iba a tener aquella conexión con un lobo menos un Alpha. Realmente no sabía que haría con mi vida creía que mi naturaleza humana me impediría tener algo de lo que ellos tenían. Crecí asimilando que no sería posible para mí.

Había pasado largos años cuestionandome sobre mi futuro pensando en que traería este para mí, Pensé muchas veces en alejarme de aquello y mezclarme con los de mi clase. Jamás había notado algún tipo de rechazo de ellos hacia mí sin embargo en este lugar si lo estaba sintiendo. Toda la gente de mi alrededor me miraba con curiosidad y murmuraban cosas inaudibles para mi normal sentido era como si traspasaran mi ser y notaran que no pertenecía a ese lugar.

Andrew y Harek como supe que se llamaba unos instantes después revisaban una especie de contrato juntos, aquél chico que parecía no superar los 14 golpeó mi pierna por debajo de la mesa llamando mi atención y sacándome de mis pensamientos.

Miré su rostro y sus labios empezaron a moverse sin emitir ningún sonido pero logré entender lo que trataba de decirme.

«“Quieres jugar”»

Dicho esto lo miré con curiosidad y acto seguido él sacó un pequeño tablero junto con algunas fichas para luego comenzar a hablar.

—Si gano, me debes un beso.

Harek quitó su mirada del contrato y lo miró directamente para luego ver el tablero.

—Y si yo pierdo –continuó– te regaló uno.

Vaya que conveniente.

Cambié aquello y empezamos a jugar mientras reíamos, notaba la mirada de Harek y su sonrisa pero esta se desvaneció con rapidez al escuchar la gruesa voz detrás de nosotros.

—Harek. –habló con autoridad.

Aquella voz hizo erizar completamente mi piel.

—Acompañame a la oficina. –ordenó–

No volteó a mirarlo simplemente se levantó y se acercó a mi oído para luego susurrar.

—Vuelvo enseguida, Cielo.

Dicho esto siguió a aquél hombre mientras todas las miradas se posaban en ellos dos, miré a Andrew y me atreví a hablar.

—¿Quién es él? –pregunté intrigrada.

HAREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora