Capítulo 36

10.5K 574 141
                                    

Me separé unos centímetros para mirarlo fijamente.

—¿Qué ocultas, Harek?

Lo vi sonreír.

—Cosas muy malas, cielo. –su tono burlón se hizo presente– pero tranquila, lo descubrirás con el tiempo.

Mi pulgar comenzó a acariciar con lentitud su rostro. Me concentré en sus masculinas y perfectas facciones.

—Me gustas –se escapó espontáneamente de mis labios y volví a repetirlo totalmente consciente– Me gustas, Harek. –reafirmé

Se concentró en el movimiento de mi boca y subió hasta mis ojos con lentitud mientras relamía sus labios con sensualidad.

— Y a tú a mí, Rysh. ¿La forma en la que te toco no es suficiente prueba para ti? –alzó levemente una ceja– Porque puedo hacerte cosas mucho mejores para demostrarte qué tanto me gustas, nena.

Me reí negando con la cabeza. Él era capaz de controlarse a la perfección pero mi normal naturaleza humana no me permitía soportar tanto. Ya no era capaz de enfrentarme a sus provocaciones sin necesitar rogar por algo más. 

—¿Sólo puedes comunicarte conmigo de esta forma? –cambié el tema manteniendo a salvo mi dignidad sexual.

Él negó.

—Ser un Alpha me da muchas ventajas –explicó enfatizando las últimas palabras– el liderazgo me permite comunicarme de esta manera contigo y con cualquier lobo de mi manada –me corrigió– en cambio ellos sólo logran hacerlo con sus mates.

No pude evitar sonreír al verlo.

—¿Qué ventajas tienes que no sepa? –Lo interrogué con curiosidad  esperando a que esta vez cayera.

Lo vi sonreír.

—Sólo diré que mi naturaleza es muy diferente a la de un Alpha común, Rysh. No tienes a un hombre lobo cualquiera, tienes al mejor.

Cada vez podía notar con mayor facilidad sus diferencias, era tan distinto a todo lo que conocía. Sus ventajas no dejaban de impresionarme y maravillarme mientras que mi curiosidad rogaba y anhelaba por descubrir lo que faltaba.

Era consciente de que había conocido uno de los mejores secretos del mundo desde que nací. Mi naturaleza humana me condenaba a jamás conocer algo como aquello sin embargo mi destino fue marcado con fuerza por lo sobrenatural pero mi padre se había encargado muy bien de hacerme vivir en una burbuja. La mantuvo siempre intacta y a mí, cautiva dentro de ella pero al fin había logrado escapar.

—¿Existe otra manada con las mismas  ventajas? –volví a interrogar

Y él volvió a negar.

—Todos son iguales, muy comunes. –me explicó– Ninguno de ellos conoce nuestras diferencias con exactitud y jamás deben hacerlo. Eres la primera en saber toda la verdad, Rysh.

Su mano volvió a mi mejilla acariciándola.

—¿Por qué son de esa manera? – Harek entendió de inmediato mi pregunta. Sus dedos bajaron hasta mi barbilla y respondió.

—Porque son más débiles, cielo. La parte animal los domina y lidera por eso son así de impulsivos –acarició el lugar– cuando el lobo se siente amenazado, ataca. No pueden controlarlo.

Lo miré curiosa.

—Pero tú sí. –afirmé.

Me dedicó una seductora sonrisa.

—¿Qué otras diferencias tiene tu manada, Harek? –observé con antencion sus ojos azules– ¿Qué otras diferencias tienes tú?

No iba a caer tan fácil, él no iba a complacerme sin nada a cambio.

HAREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora