Capítulo 49 Todo lo contrario

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New York, Estados Unidos

—¿Has tomaste la decisión correcta? —preguntó Hinata, sentada en su silla de ruedas.

—Sí. Antes de irnos a Texas llamaré a mis padres por un teléfono público, y les diré que estoy bien y que me olviden. Pienso comenzar de cero con una nueva identidad junto a Konohamaru. Si no fuera por él no sabría qué hacer con mi vida, en este momento estuviera en el mismo infierno a lado de mi familia —habló Naruko decidida. La rubia estaba sentada sobre la cama de un hotel tres estrellas en Manhattan.

—Te deseo suerte. No olvides llamarme cuando te instales —esbozó una sonrisa.

—Anímate a venir con nosotros. No temo ayudarte con tus terapias.

La Hyuga suspiró profundo antes de responder:

—No, amiga. No te preocupes por mí, porque vendrán por mí dos días después de que te vayas. Mi primo y mis hermanas, me han conseguido una casa en California, ahí tomaré mis terapias con un excelente terapeuta. Tengo que caminar otra vez.

—Y si Shisui da contigo, ¿qué harás sola? —se expresó preocupada.

—No estaré sola porque Kaguya pagará a una sirvienta para que me ayude las veinticuatro horas del día siete días a la semana.

—Es bueno saber eso... —Naruko se puso de pie y caminó hasta Hinata. —Vamos a hacer felices, tú, Sakura y yo. De veras que así será.

—Hablando de Sakura... Cuando tengas su número me lo pasas, quiero hablar con ella.

—Tan solo me instalé trataré de contactarme con ella.

Golpearon la puerta del hotel. Ambas mujeres se vieron a la cara. El segundo golpe sonó distinto, pues está vez sonó con la clava que habían creado para saber si no era alguien desconocido. Naruko fue a abrir la puerta. Era Konohamaru el que tocaba. La rubia al ver al castaño se lanzó a abrazarlo y besarlo. Ya eran una pareja oficial.

—¿Lista para irnos a Texas? —Konohamaru cargó a la rubia. En su poco tiempo en Tokio cayó rendido por la Namikaze. En cuanto supo que se había escapado se ofreció a ayudarlas.

Naruko capturó el cuello varonil de su novio para seguir besándose con él. Hinata, en su silla de ruedas, observaba la escena de enamorados a todo lo que da.

—¡Ya consigan una habitación! —exclamó Hinata contenta por su amiga.

Ambas amigas tomaron rumbos distintos. Naruko felíz de la vida logró encontrar a un hombre que la amaba tal como era, sin lujos, sin importar el apellido, y sin ropa cara y joyas que mostraban pertenecer a la clase alta. Ella estaba dispuesta a comenzar una nueva vida con distinta identidad en la clase medía, en compañía del único hombre que sí supo valorarla como mujer y persona. En cuanto a Hinata, tenía muchos obstáculos por cumplir, su prioridad sobre todo era volver a caminar, después otra gran meta intentaría cumplir, una meta que le traería paz en su vida. Valerse por sí misma era lo más importante si deseaba más que nadie desatarse de las cadenas de Shisui.

* * *

Pekín capital de China

De regresó en China, Sakura tardó en salir de la recámara, tras la partida de Sasuke. Mientras estaba ahí sola sin que nadie la vigilara, sintió menos presión al saber que él ya no estaba cerca. Sí le podía la distancia entre ambos, pero tener al padre de su fruto cerca la hacía sentir agobiada y presionada. Aún así, tenía que cuidarse la espalda de su suegra, pues no sabía cómo en realidad. Los últimos días, Sasuke había estado presente y no dejaba tiempo para sentarse con su suegra a conversar. Aunque la azabache le daba a enteder que al igual que ella, no se comportaba tal como era por la presencia de su hijo, pues esta se le queda viendo con una mirada triste. No tenía idea porque la veía de tal forma, pero no era una persona ingenua para no darse la idea que había un porqué, todo eso apuntaba a la clase de vida de los mafiosos. Varias veces pilló a Mikoto observando detalladamente los hematomas que le habían dejado las varias inyecciones de calmantes y heroína. Mikoto como madre de Sasuke, podía sospechar de su hijo, u si era una alcahuete pensaría que su nuera era una drogadicta. Lo que fuera, estaba dispuesta hablar con la verdad, si acaso ambas mujeres se sentaban a conversar como lo que son, mujeres adultas.

Fruto De Nuestro Amor [Corrigiendo/ANTI ROMÁNTICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora